La sede

En múltiples ocasiones, desde esta tribuna, hemos pedido que nuestro fútbol se empiece a reconstruir a partir de una estructura sólida que incluya factores deportivos como la profesionalización de los entrenadores, el fortalecimiento en el trabajo mental en los jugadores y la importación de ideas para quienes son responsables de descubrir talentos.

También hemos pedido que los directivos se capaciten, que los escenarios y sus canchas sean aptos para jugar un mejor fútbol, que el balón con el que se juega sea mejor (lo han perfeccionado), y para terminar, que las selecciones tengan una sede, esto último será una realidad en poco menos de dos años.

Enhorabuena se ha decidido la construcción de ese complejo al occidente de Bogotá, con todas las comodidades deportivas y administrativas necesarias para que quienes formen parte de estos procesos edifiquen, a partir de ahí, la consecución de sus objetivos. Algunos cuestionan la ciudad donde se construirá la sede, Bogotá, porque ello implicaría que la casa de la selección absoluta sería la misma y los resultados no han sido los mejores en eliminatorias. El presidente de la Federación ha dicho que no, que la sede no sólo es para preparar a la selección absoluta, que allí se consolidarán procesos de selecciones juveniles, prejuveniles y demás, lo cierto es que por el capricho del técnico de turno no se puede permitir que las canchas de la sede de selecciones termine siendo utilizada sólo para jugar picaos entre directivos y periodistas con final etílico.

Es importante que la sede se utilice para todos los procesos, que se le saque provecho, el cuento de la altura está revaluado, en la altura le ganamos a Argentina y perdimos con Uruguay y Paraguay. Si fuera por la altura Bolivia hubiera ido a todos los mundiales. Los mexicanos juegan en una altura similar (2.240 m), 16 de los 24 recién convocados por Javier Aguirre para los próximos juegos mundialistas no juegan actualmente en la altura, pero ellos nunca han hecho del estadio Azteca un reducto inexpugnable por cuenta de ella y tampoco la han considerado una desventaja por cuanto la mayoría de sus jugadores no viven en la altura de la capital, no, los mexicanos siempre han jugado ahí para bien o para mal, y nadie lo discute.

Recordemos que Bielsa no vino, entre otras cosas, porque no teníamos sede de selecciones de Colombia, entonces que los sabios a quienes turnan la responsabilidad de la dirección de la absoluta no se la sigan dando de científicos y que  usen la sede y le saquen provecho en lo deportivo, que es donde se marca la diferencia.