Con la buena respuesta del público en Bogotá a esta sub-20 y en Cali al mismo equipo y las selecciones femeninas, se vuelve a hablar de cambiar de sede para la selección absoluta, que desde las eliminatorias a Brasil 2014 no ha salido de Barranquilla, con resultados buenos y malos.
En Barranquilla se hizo una inversión en la selección como es la sede deportiva, una de las más modernas del continente. La ciudad creció en su estructura turística alrededor del fenómeno que significa ser la casa de la selección. El estadio ha sido constantemente remodelado para mantenerse a la altura del compromiso y, aunque acceder a sus instalaciones sigue siendo difícil, todo ha mejorado con el tiempo.
En cuanto a lo deportivo, en Barranquilla se han escrito páginas memorables como las clasificaciones a Italia 90, Estados Unidos 94, Francia 98, Brasil 2014 y Rusia 2018. Allí también se sellaron las eliminaciones a Alemania 2006 y Catar 2022. La más reciente campaña de local estuvo muy lejos de aquellos días dorados. Referentes como Juan Guillermo Cuadrado expresaron públicamente la dificultad de venir desde Europa, muchas veces en invierno, a competir en el calor de Barranquilla.
En Bogotá se consiguió el único título de la historia de la selección: la Copa América de 2001. En la altura se consiguieron dos de las tres copas Libertadores que han ganado nuestros clubes: la de Nacional de 1989 y en Manizales la de Once Caldas de 2004. También Santa Fe consiguió una Copa Suramericana. En Cali la selección femenina consiguió recientemente su clasificación al mundial de mayores con un gran clima futbolístico a su alrededor.
España, Italia, Alemania, Argentina y Brasil, por citar solo unos ejemplos, rotan la sede de sus partidos de local permanentemente. Entrenan en su centro deportivo, pero se desplazan a otras plazas para jugar.
Ciertamente la teoría dice que la selección es de todo un país y por definición varias ciudades deberían tener el derecho a disfrutar de ella. Si nos ponemos a ver, los resultados positivos de Colombia no han coincidido con el lugar donde se juega, sino con la calidad de los equipos que se han armado. Un buen equipo de fútbol puede rendir en donde sea.
Por ahora, que se sepa, no hay intención de cambiar a Barranquilla como sede de la selección de mayores, así que lo mejor es que el técnico Néstor Lorenzo se concentre en armar un buen equipo de fútbol, material tiene.
Con la buena respuesta del público en Bogotá a esta sub-20 y en Cali al mismo equipo y las selecciones femeninas, se vuelve a hablar de cambiar de sede para la selección absoluta, que desde las eliminatorias a Brasil 2014 no ha salido de Barranquilla, con resultados buenos y malos.
En Barranquilla se hizo una inversión en la selección como es la sede deportiva, una de las más modernas del continente. La ciudad creció en su estructura turística alrededor del fenómeno que significa ser la casa de la selección. El estadio ha sido constantemente remodelado para mantenerse a la altura del compromiso y, aunque acceder a sus instalaciones sigue siendo difícil, todo ha mejorado con el tiempo.
En cuanto a lo deportivo, en Barranquilla se han escrito páginas memorables como las clasificaciones a Italia 90, Estados Unidos 94, Francia 98, Brasil 2014 y Rusia 2018. Allí también se sellaron las eliminaciones a Alemania 2006 y Catar 2022. La más reciente campaña de local estuvo muy lejos de aquellos días dorados. Referentes como Juan Guillermo Cuadrado expresaron públicamente la dificultad de venir desde Europa, muchas veces en invierno, a competir en el calor de Barranquilla.
En Bogotá se consiguió el único título de la historia de la selección: la Copa América de 2001. En la altura se consiguieron dos de las tres copas Libertadores que han ganado nuestros clubes: la de Nacional de 1989 y en Manizales la de Once Caldas de 2004. También Santa Fe consiguió una Copa Suramericana. En Cali la selección femenina consiguió recientemente su clasificación al mundial de mayores con un gran clima futbolístico a su alrededor.
España, Italia, Alemania, Argentina y Brasil, por citar solo unos ejemplos, rotan la sede de sus partidos de local permanentemente. Entrenan en su centro deportivo, pero se desplazan a otras plazas para jugar.
Ciertamente la teoría dice que la selección es de todo un país y por definición varias ciudades deberían tener el derecho a disfrutar de ella. Si nos ponemos a ver, los resultados positivos de Colombia no han coincidido con el lugar donde se juega, sino con la calidad de los equipos que se han armado. Un buen equipo de fútbol puede rendir en donde sea.
Por ahora, que se sepa, no hay intención de cambiar a Barranquilla como sede de la selección de mayores, así que lo mejor es que el técnico Néstor Lorenzo se concentre en armar un buen equipo de fútbol, material tiene.