Un tailandés soñador, un veterano entrenador italiano capaz de implementar un modelo futbolístico antimagnates, un exvendedor de equipos médicos convertido en goleador y un par de monjes budistas son algunos de los protagonistas del sorprendente líder del fútbol inglés.
El Leicester tiene en su vitrina apenas tres copas inglesas conseguidas a lo largo de 132 años de historia. En 2008-2009 jugó en la Football League One, equivalente a la tercera división. Pero una vez consiguió el ascenso a segunda apareció Vichai Raksriakrsorn, dueño del emporio King Power, negocio dedicado a las tiendas aeroportuarias libres de impuestos. A su llegada, el tailandés dijo que no había comprado un club que ya estuviera en la Premier League porque no representaría un reto. En cambio se propuso, sin el bolsillo de los árabes o rusos, llevar a su Leicester al cabo de unos pocos años a jugar la Champions. Está cerca.
El retorno a primera no fue fácil; por poco vuelven a descender. Entonces adoptaron el modelo italiano, ese que ha demostrado a través de la historia que un equipo ordenado atrás y contundente adelante es capaz de lograr lo imposible, aun siendo inferior a sus rivales. Hace poco lo demostró Simeone, legendario jugador de la Lazio, en su Atlético de Madrid. Si con ese modelo los colchoneros lograron colarse entre los multimillonarios Real Madrid y Barcelona, no habría razón para no lograrlo en Inglaterra. Por eso el escogido fue el veterano entrenador italiano Claudio Ranieri. El exdefensa de la Roma tiene experiencia en liderar este tipo de proyectos, como cuando dirigió al entonces ascendente Chelsea, llevándolo no sólo a posiciones de vanguardia sino a semifinales de la Champions en 2004. Para rodearlo, Vichai invirtió 30 millones de euros, nada comparable con la inversión de Manchester o el mismo Chelsea. Sus figuras son dos delanteros hasta hace poco semidesconocidos, el argelino Mahrez, dueño de la banda derecha, y Vardy, el goleador.
Este último es un clásico centro delantero inglés que encontró la gloria tarde. Hace cinco años jugaba en séptima división, alternando su pasión con un trabajo como vendedor de equipos médicos para sobrevivir. A sus 28 ya es jugador de selección y su cotización asciende a los 30 millones de euros. Al Leicester le costó 1,5.
Lo divino no está ausente de los logros deportivos. Vichai trajo antes del partido ante el United, que ganó el Leicester por 5 a 3, a dos monjes budistas desde Nepal, quienes se han encargado del difícil trabajo de unir al grupo en torno a los objetivos desde lo espiritual. Falta mucho para que termine la temporada, pero Leicester va en serio. El sábado se dio el lujo de humillar al City en su propia casa y ya le lleva 5 puntos de ventaja al segundo.