Publicidad

Liga opaca

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Antonio Casale
21 de septiembre de 2016 - 03:00 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Estamos viviendo una de las ligas más intrascendentes de los últimos años. Los que somos fanáticos acérrimos de nuestro fútbol mantenemos el interés, pero es evidente que las mayorías están alejadas de su día a día.

Por un lado, la Copa América hizo que las finales del torneo pasado, jugadas en simultánea, pasaran inadvertidas, salvo para los hinchas de Medellín y Júnior, sus protagonistas. Error por programar la fase definitiva justo en esas fechas. El comienzo del siguiente torneo coincidió con el furor generado por los Olímpicos, hecho al que sucedió la Vuelta a España.

Por otra parte, varios de los equipos grandes están compitiendo en la Copa Sudamericana, lo que ha supuesto muchos aplazamientos. La gente está perdida de la actualidad de su equipo.

Además, el espectáculo es pobre. Exponer un partido como Huila contra Rionegro Águilas a la misma hora del partido estelar de Italia o España es poner en evidencia un producto inferior en todos los sentidos. Desde que en la A hay 20 clubes, se presentan muchos partidos entre equipos que no convocan, las tribunas se ven vacías y el miedo de los más débiles a perder hace que el juego carezca de emoción.

A eso hay que sumar la escasa presencia de estrellas. A pesar de vivir los mejores tiempos en materia económica gracias a los patrocinios y derechos de TV, los clubes no invierten. Es cierto que Colombia ahora es un país productor de futbolistas, pero no se puede olvidar al consumidor local. Son muy pocos los que se toman el torneo competitivamente, más allá de los buenos resultados en las dos copas continentales recientes.

Los organizadores deben reconocer que su producto compite en interés contra las ligas más poderosas del mundo, y ahora contra otros deportes que le reportan gloria al país. Es cierto que su fortaleza es el sentido de pertenencia que generan en las regiones los equipos tradicionales, pero no pueden abusar de ello.

Es urgente reducir la primera división a 14 o 16 equipos. Hacer un formato en el que solamente se compita el fin de semana para poder hacer un calendario más flexible. También se debería volver a la simultaneidad de varios juegos, tal como se hace en España, Italia e Inglaterra, dejando solamente los partidos estelares para horarios especiales. De esta manera el grueso del público se quedaría con el sabor de lo emocionante, nada más.

En fin, son sólo algunas ideas que deberían discutir los encargados del fútbol nacional. Hoy hay dinero para sostener su andamiaje, pero no se puede negar que la gente se está alejando cada vez más de las emociones de la Liga. Si no hacen algo ya, el pan de hoy será hambre de mañana.

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.