A pesar de la mediocridad generalizada en la que se encuentra nuestro fútbol, de partidos aburridos planteados por entrenadores que juegan a no perder para mantener sus puestos, de estadios vacíos y el bajo nivel de nuestros árbitros, hay cosas buenas, seguro que las hay.
El partido Medellín vs. La Equidad, donde se demostró que en Colombia se puede ver buen fútbol, es una de ellas, jugaron rápido, preciso, buscando el arco rival, aprovechando las bandas pero tratando bien el balón, tocándolo a ras de piso sin recurrir al pelotazo, atacando sin descuidarse en defensa. Parecía de otro país este partido, los dos técnicos lo plantearon para ganar, para buscar los tres puntos porque aunque el empate les servía a ambos, ellos entendieron que en el fútbol moderno sumar de a uno no rinde.
Por otra parte, no tengo nada en contra de los equipos chicos pero, sin duda, cuando los grandes están arriba la gente se anima más, el país futbolístico se hace más numeroso, y todo parece indicar que en estos cuadrangulares los históricos serán los protagonistas. A falta de una fecha para el final, Medellín, Cali, América, Nacional, Júnior y Santa Fe están adentro, sólo están afuera Millonarios y Once Caldas. Con los grandes adentro seguramente las asistencias en las finales serán mucho mejores.
El árbitro Ímer Machado es la demostración de que sí se puede pitar bien, rara vez se equivoca, es preciso en las jugadas difíciles, tiene personalidad y no tiene afán de protagonismo. Machado desmiente a quienes sostienen que la tecnología y las buenas producciones de televisión son el principal enemigo de los árbitros, representa una luz de esperanza en el arbitraje colombiano.
Hay cosas buenas, seguro que las hay.
