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Antonio Casale
05 de julio de 2015 - 11:11 p. m.
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Terminó la Copa América. El último trago fue dulce.

Chile es un justo campeón. Durante todo el torneo fue el que más propuso en materia ofensiva, aun descuidando su retaguardia. En la final, en cambio, cuando tuvo que apelar al colectivo táctico, a bajarle a la intensidad ofensiva para cuidar a Messi y su corte, también lo hizo bien.

Ahora viene la eliminatoria al Mundial, para muchos el torneo más difícil del mundo, y esta vez sí que lo será. Las diferencias entre los seleccionados son mínimas, los equipos están nivelados por lo alto, cada vez hay mejor fútbol.

Ya no se da por descontado, como antes, que Brasil y Argentina tengan asegurados dos cupos. Primero, porque su fútbol ya no es tan superior, en especial el de los verdeamarelos, y segundo, porque ya no estarán Grondona y compañía para cuando se necesite alguna mano extra. Ya no hay estrato alto en el continente.

Tampoco hay estrato bajo. Venezuela y sobre todo Perú demostraron que van a pelear mano a mano y no serán invitados de honor. Los dos seleccionados ya no son inocentes atrás, y adelante tienen armas para causar daño.

Chile, campeón de América, y Colombia, a pesar del reciente desempeño en la Copa, cuentan con jugadores que en su mayoría apenas están entrando en su mejor edad. En condiciones normales las estrellas de estos dos países están por vivir sus mejores días.

La incertidumbre estará por los lados de Uruguay, Ecuador y Paraguay, que a lo largo de la eliminatoria experimentarán un recambio generacional que normalmente es costoso en términos de resultados. Sin embargo venderán cara su derrota. Serán pocos los que no lleguen al final con posibilidades, porque hasta Bolivia demostró que si le dan chance algún daño puede hacer.

Las eliminatorias son distintas. Allí todos jugarán de locales y visitantes, a diferencia de lo que vimos en la copa, donde todos menos Chile jugaron a domicilio. Siendo así, veremos partidos que exijan que los tradicionalmente defensivos salgan a proponer un poco más de lo que buscaron en Chile. Los que hagan valer la localía y aprovechen en veloces contragolpes los espacios que les brindarán cuando estén de visita tendrán gran parte del tiquete a Rusia asegurado.

La Copa tuvo brillantes momentos, pero la eliminatoria estará de lujo. Acorde con el deber de un continente que debe sentirse orgulloso de sus futbolistas.

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