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A finales de esta semana comenzará el último Mundial de Fútbol que se dispute en un formato en el que realmente jueguen los mejores del mundo. De hecho, esto de los 32 equipos participantes, así es desde 1998, ya incluye relleno.
Durante mucho tiempo los Mundiales fueron disputados por 16 naciones. Para España 82 jugaron 24 y así fue en México 86, Italia 90 y Estados Unidos 94. El argumento altruista de la FIFA es la inclusión. Como en tantas otras áreas de la vida, a la pobre inclusión se le saca provecho económico. El caso es que el negocio de los Mundiales es cada vez más lucrativo. Entre más participantes hay, más dinero ingresando por derechos de televisión y más dinero se mueve en la asignación de las sedes.
Basta ver la manera como se movieron los maletines para que Sudáfrica en 2010, Rusia en 2018 y Catar en 2022 obtuvieran ese honor. Hasta Joseph Blatter, presidente de la FIFA para cuando se asignaron estas sedes, admitió la semana pasada haberse equivocado permitiendo la elección de Catar como anfitrión. Su ambición rompió todos los límites posibles, y él y sus amigos tuvieron que pagar, algunos con cárcel y otros con prohibiciones vitalicias para ejercer cualquier cargo en la FIFA.
Sus sucesores pregonan transparencia por un lado, pero por el otro continúan con las mismas prácticas. El Mundial de 2026 se jugará en tres países. Estados Unidos, México y Canadá albergarán a 48 selecciones. Sí, leyó bien, 48 selecciones en lo que se parecerá más a un festival de fútbol que a un campeonato mundial en el que se enfrenten los mejores. El negocio, en el mejor de los casos de manera transparente, seguirá creciendo exponencialmente.
Pero no cuentan con que el espectáculo es cada vez más pobre y menos atractivo, en especial para las audiencias jóvenes que todos los días se decantan por otras opciones más emocionantes, más cortas en cuanto a duración y menos predecibles, como los videojuegos. Es que desde que ampliaron de 16 a 32 países participantes, en teoría para que más naciones pudieran aspirar a ganar la Copa, solamente España y Francia han sido campeones por primera vez. El Mundial ha sido, es y será siempre para los mismos. De hecho, Francia ya se coronó campeón dos veces.
El fútbol parece envejecer con sus estrellas. Los grandes jugadores son todos mayores de 30 años y jugarán su último Mundial en Catar. Messi, Cristiano Ronaldo, Neymar, Benzema y Lewandowski están de salida. El mundo del fútbol quedará dentro de muy poco tiempo en manos de Mbappé y algunas estrellas esporádicas que aparezcan por allí.
Al paso que vamos, los hinchas del fútbol seremos como los fumadores, unos viciosos incomprendidos en vías de extinción. Ah, mis favoritos son Argentina, Brasil e Inglaterra, en ese orden.
