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Los mejores técnicos

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Antonio Casale
05 de enero de 2014 - 10:00 p. m.
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El británico Alex Fergusson (exentrenador del Manchester United) y los alemanes Jupp Heynckes (exentrenador del Bayern Munich) y Jürgen Klopp (entrenador del Borussia Dortmund) son los tres candidatos a quedarse con el premio a mejor entrenador de 2013 de la FIFA, que se entregará el 13 de enero.

Para Fergusson sería algo así como un reconocimiento a su trayectoria. Por más de 25 años estuvo al frente del United y lo ganó todo varias veces. Por sus manos pasaron varios de los mejores jugadores del mundo y otros tantos se formaron bajo su batuta. El caso de Heynckes, también de dilatada carrera, pasa por haber logrado todos los títulos posibles con una escuadra europea en la temporada 2012-2013, incluida la Champions.

Pero lo de Klopp es grandioso. En esta temporada, a diferencia de la anterior, cuando obtuvo la Bundesliga, sólo ganó la Supercopa alemana, poca cosa al lado de los logros de sus rivales. Eso sí, llegó a la final de la Champions. Los resultadistas dirán que del segundo para atrás son todos unos fracasados. Pero el de Klopp es uno de los tantos casos que demuestran lo contrario. Con austeridad como premisa de vida, algo bien extraño en el mundo de los millones de la actualidad, el equipo de los mineros eliminó al súper Real Madrid en Champions y le ha puesto pimienta a la Bundesliga, otrora escriturada para el poderoso Bayern Munich. Klopp y sus muchachos son los perfectos discípulos de todo lo que predica el papa Francisco dentro de una cancha de fútbol.

No es bueno restarles méritos a Fergusson y Heynckes. Dirigir a los mejores del mundo también requiere de una alta dosis de asertividad, sobre todo en la parte mental. Lidiar con esos egos debe ser difícil. Pero la realidad es que con esa materia prima se hace más fácil obtener títulos.

Por eso me quedo con el modesto Klopp. El fanático del rock que utiliza como ejemplo de disciplina a los mejores bateristas del mundo para señalarles a sus jugadores que la perfección técnica se logra sólo a través de las muchas repeticiones y la buena concentración. El hombre que como comentarista se ganó el cariño del público alemán durante el Mundial de 2006, gracias a la combinación entre pasión al frente del micrófono e inteligentes pero sencillos análisis que lograron que el fútbol estuviera al alcance cognitivo de las mayorías. El hombre que se deleita con jugadores como el semidesconocido Michu, estelar del modesto Swansea City. Cuando le preguntaron por qué es uno de sus favoritos, Klopp contestó: “Nadie lo conocía, ahí está la emoción. Todo el mundo conoce al mejor, cualquiera sabe quién es el mejor. Pero ¿quién resulta fascinante?”. El entrenador que se siente a gusto trabajando en medio de la austeridad, pues, como bien lo dijo algún día, “si tienes un equipo con poco talento y sin embargo tienes éxito, entonces es emocionante”. Ojalá el premio sea para Klopp. Sería una sana demostración de que en el fútbol el resultado final no es lo único que cuenta.

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