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Mentalidad

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Antonio Casale
14 de febrero de 2011 - 02:00 a. m.
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Los resultados deportivos de los colombianos siguen sin estar acordes con lo que se invierte en las pocas disciplinas donde hay dinero: fútbol, golf y tenis. Cuando hay buenas actuaciones, a nuestros deportistas siempre les falta un centavo para el peso. Y ese, no me cabe duda, es un problema de mentalidad.

Que la selección de mayores lo hizo muy bien contra España, es verdad. Pero sobre el final perdimos cuando tuvimos todo para ganar. El problema esta vez no fue otro, la falta de definición frente al arco contrario. Algo que sin duda, reside en la cabeza de los nuestros al verse con la posibilidad de hacer historia. Temor a convivir con la gloria.

Que Santiago Giraldo ha tenido un gran comienzo de temporada en 2011 y ya se metió entre los mejores 50 jugadores del mundo, es para aplaudir. Pero estando en su primera final de un torneo ATP en Chile hace una semana con el saque a su favor, a un juego de hacer historia y a cuatro puntos de la gloria, dejó escapar la posibilidad más clara que ha tenido de lograr su primer título grande. Temor a lo desconocido, convivir con el éxito. Vendrán muchas más finales para él, su juego así lo demuestra, pero al igual que con los futbolistas, habrá que ajustar en la parte mental.

Nuestra mejor carta en el golf, Camilo Villegas, reconoce que su mal comienzo de temporada corresponde no sólo a su lesión, sino también a debilidades mentales. Es frecuente oír a nuestros deportistas sacando el cuerpo a la responsabilidad de ganar, es como si esa presión fuera imposible de llevar, y lo es.

Es injusto culpar únicamente a los deportistas por estas situaciones. En realidad es un problema de actitud nacional. Es en la vida diaria, como estudiantes, empleados, padres, hijos o en la relación de pareja. Estamos acostumbrados a vivir al borde de la derrota, a luchar contra ella. Pasamos los días apagando incendios pero no pensamos en planear una vida nacional sin tropiezos. La vida de campeones nos es desconocida. La verdad es que nos preparamos para luchar, no para ganar.

Por ahora, tenemos que preparar a nuestros deportistas para convivir con la gloria y eso únicamente se hace con especialistas en el tema, no tiene nada que ver con preparación física o técnica. Sólo así, como en España y otros tantos casos, cuando veamos campeones, tendremos un espejo sobre el cual mirarnos con admiración para construir un país ganador, en las canchas y en las calles.

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