Aunque no ha comenzado la verdadera competencia, debo aceptarlo.
Nunca estuve de acuerdo con el nombramiento de Bolillo Gómez como seleccionador nacional. Pero hasta el momento el proceso es serio y bien argumentado en la cancha. Hay una estrategia clara y frente a Ecuador se demostró que el 4-1-4-1 se ajusta al tipo de jugadores con que contamos.
Es cierto que todos quisiéramos un equipo más ofensivo, que pisara con más decisión el área contraria y generara más volumen de ataque. Pero no podemos perder de vista el objetivo, clasificar al Mundial. Para ello enfrentaremos a equipos con más y mejores individualidades, como Brasil, Argentina, Uruguay y el propio Paraguay.
Debemos ajustarnos a nuestra realidad y para arrancarles puntos a ellos es necesario ser sólidos en defensa e inteligentes sin el balón. De ahí nació el primer objetivo de este proceso y la verdad es que se ve el trabajo en estos dos tópicos. Además, el equipo se repliega rápida y ordenadamente cuando pierde el balón en ataque.
Ahora, en materia ofensiva, se empiezan a ver avances. Contra España y Ecuador Colombia fue muy rápido cuando tuvo que desdoblarse y generó peligro con las salidas por las bandas, y también por el centro de la cancha, aprovechando todo el campo de acción. Por momentos, en la manera de atacar, se parece Colombia al DIM, se nota el aporte de Álvarez, se ve que participa activamente. Por otro lado, el gladiador Falcao empieza a encontrar espacios y, aunque atropellados, los laterales llegan hasta el fondo causando inquietud en la defensa contraria. Habrá que ajustar un poco la coordinación entre volantes externos y laterales. Y, lo más importante, frente a Ecuador apareció el gol.
Con el balón en los pies Colombia todavía puede ser mejor. Guarín y Aguilar deben tocar más y transportar menos, pero en general cumplen bien con la doble función. El aporte de Sánchez como ese volante corrector por detrás de la línea de volantes y por delante de la defensiva le ha dado solidez y confianza al equipo en marca.
Todavía hay mucho escepticismo y es normal, venimos de muchos años de fracasos y malos resultados. Pero tenemos equipo y, la verdad, hasta ahora se ha adelantado un proceso serio y estratégicamente bien armado. Es momento de juntar fuerzas en torno a esta causa nacional, no se trata de “bolillistas” contra “antibolillistas”. Es nuestra selección, y de momento se están haciendo las cosas bien.