Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
No tiene lógica que en Colombia los jugadores de muchos equipos reciban grandes premios y jugosos sueldos, y aún así busquen cualquier pretexto para excusar su pobre rendimiento, mientras que el América de Cali, sumido en una profunda crisis institucional, hoy sea el máximo candidato al título gracias a su buen fútbol.
Carece de lógica que en México, el América, la escuadra con más dinero e historia de ese país, haya quedado último. Sí, leyó bien, último en la liga manita, pero al mismo tiempo hoy sea semifinalista de la Copa Libertadores, cuando ya sus jugadores estaban convencidos de un nuevo fracaso, y afrontaron la segunda ronda del torneo continental sólo por cumplir.
No hay lógica que Avram Grant, un ilustre desconocido en el mundo del fútbol, haya tomado las riendas del poderoso Chelsea, y, en su primera temporada como técnico, lo haya logrado poner en la final. Lugar al que su antecesor, el famoso Mourinho, no accedió con los ‘Blues’ jamás. Claro, igual de ilógico es que su capitán, John Therry, se haya resbalado justo al momento de patear el penalti de la victoria, en la final de la Liga de Campeones. Y más ilógico es que, después de todo, el pobre Grant haya sido destituido tras llevar a este equipo a su primera final en el torneo de clubes más importante del mundo.
También a Santa Fe
No es lógico que a un equipo que iba de primero, y con creces, como Independiente Santa Fe, le hayan dado hasta con el balde, sólo para buscar que su técnico saliera lo antes posible y así lograr subir al adiestrador amigo de quien lanzaba los dardos (independientemente de los innegables logros de El Bolillo). Claro, más ilógico es que jugadores, entrenador y directivos hayan caído en el jueguito, y la pobre hinchada, otra vez, como Armando.
Tal vez esta falta de lógica en el fútbol es el factor que lo hace tan especial. Porque gracias a Dios aquí no hay libreto, no hay desenlaces preestablecidos, cualquier cosa puede pasar, y por eso mismo, el fútbol jamás será como las comedias románticas, donde siempre sabremos cuál será el final.
