Ojalá que Bolillo Gómez nos lleve de vuelta a un Mundial. Eso es lo que queremos todos. Nunca estuve de acuerdo con su elección, pero la Federación lo eligió y todos queremos clasificar.
Ojalá que Gómez entienda que tenemos material futbolístico para buscar el arco contrario. Aunque su vocación por guardar el cero es reconocida, cuando uno tiene jugadores para atacar debe comerse el cuento. Se ven para los próximos cuatro años más valores ofensivos que defensivos. Giovanny Moreno, Jackson Martínez, Falcao García, James Rodríguez, Marco Pérez y Hugo Rodallega son sólo algunos nombres que le deberían dar a Bolillo luces más ofensivas.
Ojalá que el grupo no se le salga de las manos por exceso de parroquialismo en los métodos empleados para motivarlo. Muchos alaban su manejo de colectivos, pero olvidan que en el 98 Asprilla se descarrió, De Ávila y Rincón dijeron que le faltó personalidad al entrenador, y el mismo Maturana afirmó que a Bolillo le faltó manejo.
Ojalá la Federación le ponga un departamento de prensa con estrategias de comunicación claras y que el mismo DT las acate. De la personalidad de Gómez hay muchas cosas buenas que pueden servir para unir al país, pero hay otras tantas que en un abrir y cerrar de ojos pueden terminar, como ya sucedió en otros tiempos, por dividirnos irremediablemente. Por eso es menester que Gómez no tenga preferencias con ningún sector de la prensa, que no sea amigo del que lo alabe ni enemigo del que se atreva a criticarlo.
Ojalá que Bolillo pierda el miedo a decir públicamente que vamos a quedar campeones en cada competición a la que se acuda, no se trata de promesas falsas ni de triunfalismo infundado, se trata de mentalidad ganadora.
Ojalá que los periodistas seamos responsables. Como generadores de opinión no podemos polarizar el país por ser amigos o enemigos personales de Bolillo o por ser paisas, barranquilleros, rolos o vallunos. Tenemos el deber de informar y opinar sobre el fútbol de la selección y su entorno, pero con responsabilidad, sin alcahueterías pero también sin excesos ni personalismos.
Ojalá las convocatorias se diseñen únicamente por el desempeño deportivo de los jugadores y no por los intereses de los empresarios de vender a fulano o a sutano a Europa lo antes posible.
Ojalá Bolillo logre que todo el país convierta a su selección de nuevo en una causa nacional. Jugadores tiene, y de arranque, pareciera que todos estamos dispuestos a rodearlo, incluso quienes no compartimos su elección.