Pelota manchada

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Antonio Casale
11 de mayo de 2018 - 03:00 a. m.
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El presidente de la Dimayor, Jorge Fernando Perdomo, violó una de las máximas de la familia del balón, esa que dice que lo que pasa en el fútbol se queda en el fútbol. Lo hizo al solicitar públicamente que se investigue al presidente de la Difútbol, Álvaro González Alzate, por presunta corrupción. Lo hizo al aceptar en diferentes tribunas sus diferencias con Ramón Jesurún, presidente de la Federación, y lo hizo declarando que su compromiso es con la transparencia.

Si el presidente de la Dimayor está obrando en pro de la transparencia o simplemente está aprovechando escenarios políticos para afianzarse en el poder, solamente lo dirán el tiempo y los hechos. El caso es que Perdomo parece saber que tiene los días contados, porque decidió ir de frente contra el hombre más poderoso de nuestro fútbol, el que maneja los votos de las ligas aficionadas y los de buena parte de los profesionales, el que por 35 años ha salido ileso de cuantos ataques ha sufrido, el que quita y pone presidentes de la Federación y la Dimayor, pero también el que poco ha hecho, o no ha sabido comunicar, por el fútbol aficionado, que es su única responsabilidad.

Además de la lucha de poderes, hay una situación económica que comienza a ser difícil para los clubes. Algunos ya están comenzando a pasar aceite para atender sus obligaciones. Se acabó lo de la televisión, lo de los patrocinios, lo de las apuestas, todo. En los últimos cinco o seis años, el fútbol ha recibido más dinero que nunca. Es inconcebible que de nuevo estén a punto de entrar en crisis.

A Perdomo le cobran que no ha traído más dinero. Él se defiende diciendo que logró un nuevo contrato para televisión y el respectivo pago anticipado de esa plata hasta 2026, trajo lo de las apuestas y estableció convenios internacionales. Sus detractores dicen que pateó la lonchera de la marca Águila por intentar entregarles el patrocinio de la liga femenina a otras marcas y ahora los cerveceros ya no saben si renovar su contrato. La única manera de lograr dinero de inmediato sería la concreción del canal premium, decisión que por ahora parece dilatada, a pesar de haberse acordado entre las partes las condiciones hace ya un buen tiempo.

Lo triste de todo no es que la familia del fútbol quiera solucionar sus problemas internamente. Después de todo, si están dentro de la ley están, en su derecho, en ese sentido su negocio es privado. Todo apunta a que la plata llegará de algún lado, Perdomo se irá y González seguirá mientras esté vivo, pero eso no es lo relevante. De lo realmente importante nadie habla y es que la platica del fútbol no se invierte en el fútbol. El nivel del espectáculo en general no me deja mentir.

 

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