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Pero sigo siendo el rey

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Antonio Casale
27 de noviembre de 2011 - 07:31 p. m.
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El suizo Roger Federer ganó el torneo de maestros por sexta vez en su carrera, convirtiéndose en el primer humano en lograrlo. Otra marca más que bate el que, sin duda, es el mejor tenista de la historia.

A sus 30 años, el maestro Federer sigue escribiendo la historia. Esta vez, cerrando de manera inmejorable una temporada marcada por el dominio del nuevo número uno del mundo, Novak Djokovic, y la irregularidad del dos, Rafael Nadal. Así mismo, el propio Federer descendió del dos al cuatro, cediendo el tercer puesto a Andy Murray.

Lo curioso del caso es que a pesar de ser el veterano del selecto grupo de los mejores de la actualidad, pues ninguno de los otros tres supera los veinticinco años, Roger Federer cierra el año sin lesiones, emocionalmente motivado y mostrando su mejor tenis. Mientras tanto Nadal anunció que ha perdido pasión por la actividad, Djokovic está marcado por una lesión en su hombro derecho y ha dicho que no quiere saber más de tenis por este año, y Murray tuvo que retirarse del torneo de maestros por lesión y agotamiento físico.

Lo anterior indica claramente que a los demás, siendo muy buenos, les cuesta el doble de esfuerzo lograr lo que Roger, aún en sus treinta, hace con facilidad. Nunca el suizo se ha retirado de un partido lesionado, jamás ha terminado una temporada anunciando cansancio físico, y aun cuando sufrió de mononucleosis compitió al más alto nivel.

No sé por cuánto tiempo podamos disfrutar más del tenis de Federer. Lo cierto es que podremos contarles a nuestros descendientes que vimos a una verdadera leyenda del deporte, en tiempos en que los deportistas son más popstars dedicados a su imagen y su apariencia física que a su actividad profesional. Roger nunca ha estado envuelto en escándalos extradeportivos, su esposa no es una súper modelo ni su familia se preocupa por dar de qué hablar en los medios. De Roger Federer sólo podremos escribir, en el libro de la historia, que aplicó a la perfección la escala de valores que el deporte pretende aportar para una sociedad mejor. Por eso, y porque este tipo de deportistas escasean en un mundo que camina a otro ritmo, larga vida el Rey.

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