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Los campeones del mundo, de la Eurocopa y la Copa América tienen algo en común y no debe ser casualidad. Sus cuerpos técnicos están conformados por jugadores insignia.
El caso de Italia es tremendo. Casi al tiempo con la eliminación del Mundial de Rusia se nombró a Roberto Mancini (como jugador obtuvo el tercer lugar en el mundial del 90). Su cuerpo técnico está conformado por una pléyade de estrellas de distintas generaciones. Alberigo Evani, subcampeón del 94, y Atilio Lombardo (18 partidos con la nazionale en los años 90), son segundos entrenadores. Gabriele Oralli (campeón del mundo en el 82), es el director de equipo y Gianluca Vialli (tercero en Italia 90) es el secretario técnico. Tres años después se coronaron campeones de Europa y si van a Catar son grandes candidatos.
Lo de Argentina es similar. Después de varios años sin encontrar el norte bajo la batuta de afamados entrenadores, como Martino o Sampaoli, y sin mucha decisión, le entregaron de manera interina el equipo a Lionel Scaloni (como jugador fue campeón del mundo sub-20 en 1997 y mundialista en Alemania 2006). Sus ayudantes son Pablo Aimar (campeón del mundo sub-20 en 1997 y dos veces mundialista, 2002 y 2006), Walter Samuel (mundialista en 2002 y 2010) y Roberto Ayala (mundialista en 1998, 2002 y 2006). Hoy pueden decir que lograron la Copa América en Brasil, primer título en 28 años para la albiceleste y tienen un equipo sólido en todo el sentido de la palabra, con aspiraciones de volver a pelear arriba en un mundial. Didier Deschamps fue campeón del mundo y de Europa como jugador de Francia y hoy es el vigente campeón del mundo como técnico.
El cargo de seleccionador nacional requiere habilidades distintas al de entrenador de un club. Las fechas FIFA apenas permiten un par de entrenamientos, a lo sumo, antes de un partido oficial; en consecuencia, no se puede trabajar una idea táctica revolucionaria. En ese sentido, se debe acudir al poder de lo simple y al irrenunciable valor de buscar el arco contrario como principio básico de lo que significa vestir la camiseta de un país que espera encontrar en su selección un elemento de inspiración.
Por eso, las habilidades que exige el cargo son: capacidad para seleccionar a los mejores del momento, habilidad para gestionar los egos del grupo y así preservar, a pesar de las diferencias, lo único importante, que es el hecho de que el objetivo general está por encima del particular; transmitir, sin que se convierta en paisaje, esa sensación de que no hay nada más grande que ponerse la camiseta de un país, y saber leer los momentos de los partidos para hacer cambios coherentes y efectivos.
Para eso los únicos requisitos son haber vestido la camiseta de su selección en las buenas y en las malas y haber dejado la vida intachablemente en cada oportunidad. Falcao los tiene y adentro tiene a Mario Yepes. Son ideales para intentar lograr la épica. Ya para después, se logre o no clasificar, hay un puñado de ilustres nombres con quienes se puede conformar un gran cuerpo técnico.
