Protagonistas vs. prensa

Hace unos días Maradona la emprendió contra la prensa argentina tras lograr la clasificación al Mundial de Sudáfrica, a pesar de que en ese país acceder a la cita orbital no es precisamente algo histórico por los pergaminos y jugadores con que cuenta.

Lo del Diego sucede en todo el mundo y se repite semana tras semana, aunque en Colombia se exagera y pongo uno de varios ejemplos: la dedicatoria de Luis Augusto García del buen triunfo de Millonarios sobre el Medellín a los pocos periodistas que nos hemos atrevido a criticarlo cuando las cosas no han marchado.

A favor de El Chiqui están las ganas de sacar el barco a flote, aunque la estrategia no siempre sea la correcta, el deseo de que el trabajo de la semana se vea reflejado en la tabla de posiciones o soltar el nudo en la garganta que tenía atorado hacía ya varias jornadas, eso es perfectamente entendible.

También hay que reconocer que hinchas y periodistas a veces nos excedemos en las críticas, las cuales rayan con lo personal, ejerciendo como fiscales sin que nadie nos haya nombrado y olvidando a ratos que quienes están en la cancha son seres humanos como todos, con defectos y virtudes.

Pero lo que no tiene explicación es que los protagonistas se aventuren a pasar cuentas de cobro sin los objetivos conseguidos. Al menos Maradona ya está en la copa del mundo, mientras Millonarios apenas consiguió en la fecha 15 el partido que todos sus hinchas esperaban. Es cierto, ya está en la pelea y el enfermo mejora en el momento crucial, pero lo que ignora el DT albiazul es que todos, incluidos hinchas y periodistas, quisiéramos que las cosas salieran siempre bien, pero alguien tiene que decir las cosas porque las críticas, más allá de que sean bien o malintencionadas, deben servir como inventario para mejorar, son el reflejo de lo que se ve en la tribuna y así como este deporte no existiría sin entrenadores, jugadores ni directivos, es importante que ellos entiendan que nosotros no somos enemigos y que el fútbol sin hinchas ni el despliegue periodístico que tiene, sería como el críquet en Colombia, no existiría.

Tal vez la indiferencia del periodismo y los hinchas sea parte de la solución del balompié nacional para que sus principales actores abran los ojos y no menosprecien el entorno, al fin y al cabo hoy se ve mejor fútbol internacional por televisión y otros deportes en nuestro país están bien organizados y empiezan a entregarnos mejores resultados, pero como la pasión por el equipo amado inexplicablemente no se puede acabar, será aprender a ser felices cada vez que nos callen la boca y ojalá fuera más seguido.