Publicidad

Reflexiones de un campeón

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Antonio Casale
02 de junio de 2009 - 02:55 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Las lágrimas de Roger Federer tras perder la final del abierto de Australia nos habían demostrado que los campeones también son humanos, se equivocan y a veces pierden.

Los grandes de la historia se han conocido más y mejor en las pocas derrotas que en las numerosas victorias. Esta vez le correspondió perder al número uno del mundo y verdugo del tenista suizo en aquella ocasión, Rafael Nadal, y al final del partido nos dejó unas cuantas palabras para la reflexión.

Tras cuatro años sin conocer la derrota en el Abierto de Francia, su feudo ha sido vulnerado por primera vez. Un sueco de pocos amigos, número 25 del mundo, Robin Soderling, lo ha privado de seguir agrandando su historia. Ya en 2007 Nadal se había quejado frente a la prensa de quien el domingo lo eliminó prematuramente del Roland Garros.

Fue en Wimbledon cuando en pleno partido y arrancando el quinto set, a Soderling le dio por imitar a Nadal y su particular manera de sacarse los calzoncillos de su trasero con la mano frente a todo el mundo. Gracias a actitudes como esa, Soderling hoy tiene más enemigos que amigos dentro del circuito.

Hace poco más de un mes, Rafa despachó al sueco en octavos de final de Roma con un contundente 6-1 y 6-0, pero el domingo fue a otro precio. La derecha del escandinavo, su solidez mental y la contundencia con la que atacó permanentemente al español durante los cuatro sets, le dieron la victoria más importante de su carrera.

Pero vino la rueda de prensa y fue allí donde comprendimos que el número uno del mundo en cualquier actividad, lo es no sólo por la manera como se desempeña en la cancha, sino también por la forma como afronta las derrotas. No manifestó cansancio, no le echó la culpa a su plan de trabajo, sólo afirmó haber tenido una mala tarde.

Son las reflexiones de un verdadero campeón minutos después de una dolorosa derrota y sin duda deberían servir como ejemplo a nuestros deportistas y, en general, a quienes desean obtener grandes logros, pero se rinden fácilmente o sacan excusas a relucir cuando son derrotados, buscando en terceros la culpa de sus debacles, y de ñapa se confirma que las capacidades técnicas o físicas no sirven de nada si la cabeza no marcha como debe ser.

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.