Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Después de dos clasificaciones consecutivas a mundiales en los que se hicieron buenos papeles, cuartos de final en Brasil y octavos en Rusia, Colombia está sufriendo más de lo normal para ir a Catar. Debería ser todo lo contrario; pero, bueno, en esas estamos.
El caso es que Perú no está pintado en la pared. Ricardo Gareca ha demostrado con creces que un buen técnico puede potenciar a un grupo de jugadores. Los incas siempre están en la delgada línea que divide el abismo de la gloria y, para su tamaño, de la mano del argentino, casi siempre la moneda ha caído del lado de la gloria.
Sin embargo, Colombia tiene mejores jugadores. Nombre por nombre, el del viernes debería ser un partido de trámite normal para Colombia. No fácil, pero sí llevadero. Lo que pasa es que el principal enemigo de la tricolor en los últimos tiempos ha sido la misma tricolor.
Esa enemistad con el gol (cinco juegos oficiales sin marcar en el arco contrario) es la demostración de que algo anda mal. Es verdad que los otros nueve del continente se deben coger la cabeza a dos manos cuando de enfrentar a Colombia se trata, porque ganarles a los nuestros también es una tarea complicada. Defensivamente, Colombia admite pocos reparos. El caso es que de empate en empate no vamos a llegar a Catar.
Y para solucionar la fase del juego relativa al fútbol con el balón es necesario hacer algo distinto a lo mostrado hasta acá. Los laterales salen poco, los volantes de primera línea marcan pero no conectan con los atacantes, los extremos parecen más preocupados por recuperar tras la pérdida, el media punta se desespera y al delantero poco le llega el balón. A eso súmele la falta de movilidad para sorprender. Esa es la radiografía ofensiva de Colombia.
En ese sentido, la convocatoria hecha por Reinaldo Rueda demuestra que pocas variantes se van a intentar. Colombia es predecible en ataque y ante ese panorama solo queda confiar en las capacidades individuales que ofrecen James, Díaz y Cuadrado. Para ganarle a Perú debería bastar con eso, pero fíjese que contra Paraguay, que es menos que este Perú, tampoco se logró.
Por ahora Colombia está clasificada al mundial con un 40 % de rendimiento, lo que demuestra la mediocridad de la eliminatoria, salvando a Brasil, Argentina y Ecuador. El rendimiento de Queiroz fue pésimo (33 % de los puntos disputados), pero el de Rueda hasta acá es malo (43 %). Si Gareca pudo potenciar a los peruanos, uno esperaría que Rueda pudiera hacer lo mismo con un buen grupo de futbolistas como el que tiene. Ojalá el viernes comience una nueva era.
