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Cosas positivas está dejando el último período de concentración del que ha sido el mejor año de la selección de Colombia en su historia.
En primer lugar, en lo que tiene que ver con lo futbolístico, el equipo de todos demostró ante Estados Unidos que sigue siendo fiel a su vocación ofensiva, acentuada ahora por el hecho de contar con más fichas para ello. Cardona y Bacca se confirman como opciones para acompañar a los ya conocidos Superjames y compañía. Sí, por momentos es un equipo sin filtro en el medio, pero esa es la consecuencia natural de una causa noble, procurar siempre jugar en terreno contrario. Con las armas con que cuenta el equipo no podía ser distinto. Por eso, con tanta seguridad, cuando el partido se encontraba empatado a un gol, el entrenador entendió que era hora de buscar el segundo, se sacrificó en marca al sacar a Aguilar e incluir a Ramos, pero fue a buscar la victoria y la consiguió.
Por otra parte, el colectivo se entiende tan bien que logra disimular algunos baches individuales como los de Armero, a quien se le nota la falta de ritmo de competencia, y Cuadrado, aunque este último mejoró en los últimos minutos.
Saludable es también ver a los colombianos y la naturalidad con la que se mueven en Europa. Algunos acudieron a las finales de la copa de maestros de tenis en Londres, entendiendo que el mundo es más grande que un balón.
Por otro lado, un verdadero acto de humildad y buen manejo fue el que tuvo Pékerman al liberar a Cardona y a Teófilo para que jueguen Copa Sudamericana. En esta columna sugeríamos la semana pasada que así se hiciera, basados en argumentos válidos como que son los clubes los que mantienen en forma a los jugadores, pagan sus sueldos y siempre están dispuestos a prestarlos a la selección. En esta ocasión, sin desconocer que el equipo de todos está por encima de los intereses de Nacional y River, el argentino cedió, como tenía que ser. Es bueno saber que las relaciones rígidas se rompen más fácil que las flexibles.
Terminará este martes el mejor año de la historia del fútbol a nivel de selección absoluta para Colombia. Desde ya hay que pensar en la Copa América y en el comienzo de las eliminatorias a Rusia 2018. Hay un equipo más cohesionado, recambio en la defensa con Franco y Murillo y los pies siguen sobre la tierra. Es importante que los que hacemos parte del entorno continuemos demostrando madurez. Nada de exigir, como si fuera tan obligatorio como morirse, el título de la Copa América. Ojalá se dé, pero al frente estarán Brasil, Argentina y Chile, entre otros.
