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Se calienta el clásico

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Antonio Casale
24 de noviembre de 2010 - 02:48 a. m.
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Pocos partidos generan tanta expectativa como el Barcelona-Real Madrid, y más ahora con esta constelación de estrellas que rodea a los dos equipos.

La base de la España campeona del mundo, gestada en su mayoría en la casa blaugrana, enfrentando a un equipo plagado de individualidades que por fin parece haber encontrado la manera de ser un buen colectivo con Mourinho.

De manera singular, se jugará un lunes, el 29 de noviembre, y aunque todo se va a definir en la cancha, estos partidos se calientan por parte de los dos bandos mucho tiempo atrás. Lo bueno es que las probabilidades de que salga un buen partido son altísimas, al menos mucho más que las que teníamos antes con el River-Boca. Los dos argentinos son equipos con historia pero sin presente, en cambio, Barça y Madrid son hoy, tal vez, los dos mejores del mundo. Pero más allá de las declaraciones de unos y otros que seguramente serán taquilleras para los tabloides españoles, lo interesante será ver cómo miden fuerzas los dos estilos que se imponen.

Se enfrentarán dos maneras de jugar al fútbol colectivo, que se ven gratamente adornadas por lo individual. El toque con explosión del Barcelona contra la verticalidad y rapidez del Madrid. La circulación progresiva del balón por parte de Iniesta, Xavi, Messi y compañía, contra la rapidez de CR7, Di María y Özil respaldados por Khedira y Alonso. La paciencia y precisión del Barcelona, contra la explosión y el vértigo mágico de Mou.

Por supuesto se trata de seres humanos, y el Barcelona a veces se ve sorprendido por desconcentración y termina regalando goles increíbles. Y al Madrid aún le llegan con facilidad, como el sábado lo hizo el Athletic de Bilbao. No es la coladera de la temporada pasada, pero lo que desperdiciaron los vascos seguro no lo perdonarían los barcelonistas.

La clave va a estar en la mitad. El Madrid va a buscar cómo ser contundente cuando le pueda quitar el balón al Barcelona, al tiempo que le cerrará todos los espacios como lo hizo el Copenhague en la Champions. Por su parte, fiel a su estilo, Barça apostará por tener la pelota y aprovechar los espacios que otorga el equipo merengue.

Lo del Barcelona es previsible, lo del Madrid una incógnita, ¿jugará Mourinho a encerrarse exigiendo incluso a CR7 que se sacrifique en marca como se lo pidió a Sneijder y compañía en el Inter cuando eliminó al Barça en la pasada Champions? ¿O haciendo uso de su artillería ofensiva saldrá a proponer confiando a Khedira y Alonso la retaguardia justo ahí, en la mitad, donde Barcelona pone su laboratorio de ideas?

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