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Tras la preocupante presentación de la selección nacional la semana pasada, quedan varias reflexiones.
Lo primero es que nunca antes, durante la era Pékerman, tantos jugadores pasaron por un mal momento en sus equipos a la hora de jugar con la selección. Es claro que, con tan poco tiempo para trabajar, el presente individual es fundamental para conformar un rendimiento colectivo. La buena noticia es que el entrenador los tendrá a su disposición por espacio de casi un mes antes del comienzo del Mundial. Si el trabajo en esa etapa se hace de una manera efectiva, a la hora de la competencia los podremos tener en el nivel que les conocimos en la eliminatoria.
Lo segundo es que si los volantes de primera línea son superados, como sucedió en gran parte del primer tiempo frente a Túnez, se desnudan las falencias de los defensores de una manera que roza con lo dramático. De los laterales porque tienen mayor vocación ofensiva que de marca y de los centrales porque los años no pasan en vano y a Yepes y a Amaranto, quienes jugarán el Mundial con sobrados méritos, les cuesta. Se hace esencial que Cristian Zapata llegue bien para suplir esta falencia. Ya no hay tiempo para trabajar con otros jugadores y quienes están son unos profesionales que se ganaron el derecho.
También preocupa que nos quedamos sin saber quién podría remplazar a Falcao en caso de que no pueda estar. Por un lado porque no hubo volumen de ataque, pero por otro porque indudablemente la presencia del samario imprime respeto. Ya sin pudor, los contrincantes podrán adelantar sus líneas más confiados, como sucedió la semana pasada. En ese caso, la pelota jamás llegará a los delanteros y los tiempos del toque toque insulso volverán.
En el trabajo que el entrenador logre adelantar en los 20 días previos al Mundial estará la clave. Todos sabemos lo que estos muchachos son capaces de hacer cuando están conectados y ellos saben que es su gran oportunidad. Pero más allá de lo motivacional, lo que se logre hacer con los volantes es lo que marcará la diferencia. Tanto en marca, para no dejar a los rivales mano a mano con nuestra defensa, como en el manejo de balón y la capacidad para pasar de defensa a ataque de una manera rápida y efectiva, como en la eliminatoria. En el medio del campo es donde reside el equilibrio y ese es el gran factor que puede minimizar la ausencia de Falcao y las falencias de los defensas. Son los volantes los que tienen la llave del éxito en sus pies.
