Una de las grandes cualidades de los equipos que han hecho historia en los Mundiales es la capacidad para saber sufrir los partidos en los momentos difíciles y sacarlos adelante. Así escribieron su historia ganadora Italia, Alemania (no la versión de Rusia, por supuesto), Argentina y el propio Uruguay, entre otros. Esta Colombia, que históricamente carecía de esta cualidad, ha demostrado que la tiene. Es en parte madurez, pero sobre todo fortaleza mental en varios de sus integrantes. No hay que confundir resiliencia, que es la capacidad para volver a la normalidad después de un evento adverso, y eso no se pudo hacer ante Japón, con capacidad para sufrir o tragarse el veneno sin recibir golpes que pueden ser letales. Esa capacidad se demostró ante Polonia en los primeros 15 o 20 minutos, así como en todo el primer tiempo contra Senegal. Colombia supo aguantar esos baches sin recibir gol, sin perder los papeles y sabiendo mejorar su rendimiento a partir de dos comienzos horrorosos.
También después del primer gol en los dos partidos. La natural reacción de los rivales no surtió efecto, en parte por el estelar momento del arquero Ospina o por los oportunos cierres de Mina y Sánchez, y también porque Colombia en general supo neutralizar el ímpetu del enemigo.
Esa capacidad es la consecuencia de un colectivo que está convencido de sus objetivos y eso es trabajo del cuerpo técnico. Lograr que el equipo se mantuviera intacto en sus creencias después de la derrota ante Japón y con todos los líos de lesiones que afectan a James, Zapata y Aguilar no es fácil. Pero el equipo no ha perdido la fe en el trabajo nunca y eso se ve en el campo. Eso genera confianza para tener paciencia y aguante en los momentos difíciles. Llama la atención que solamente Ospina y Falcao han estado en los tres partidos como referentes de experiencia. Sánchez se perdió prácticamente dos partidos, Aguilar ha podido estar unos minutos nada más, James un partido y Zapata ninguno. Eso quiere decir que ese temple lo han asumido en gran medida los más jóvenes. El carácter de tipos como Dávinson, Mina, Matheus, Barrios, Arias, Mojica y Quintero nos deja un gran sabor de boca de cara a lo que viene, no solamente en esta copa sino en los próximos años. Es que no son sólo sus cualidades futbolísticas, que nunca han estado en duda, es su capacidad para saber sufrir. Colombia se sabe tragar el veneno y seguir en pie. Esa es la principal razón para soñar con llegar más lejos en Rusia. Esa fue la principal cualidad de los argentinos en Brasil, en el 86 y el 90 también, de los italianos en 2006, en el 94 y en el 82. En fin, jugar bien es hacer lo que corresponde en el momento que corresponde, y aguantar los malos momentos también es parte de lo que toca hacer para ganar. Eso también es jugar bien.