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Comenzó un nuevo campeonato y la directiva de Millonarios armó otra vez un equipo de tabla media alta que no tendrá mayores opciones de lograr el título. La de este semestre es una versión triste como la actuación del sábado ante Patriotas, en el comienzo del torneo. Del azul glorioso de otrora no queda sino la hinchada.
En el semestre anterior le dijeron a la gente que la numerosa cantidad de jugadores que se contrataron conformaría la base de los próximos dos o tres años. Se esperaba que para la segunda parte del año se reforzaría la nómina con un par de jugadores de reconocida trayectoria y cuyos nombres invitaran a pensar en que se podría competir por la estrella 15.
Pero en el primer semestre tan sólo Carlos Henao, Jonathan Estrada y Manga Escobar, de los nuevos, cuajaron en el equipo titular. Millonarios quedó eliminado en cuartos de final por Júnior. Obtuvo una posición acorde con su nómina, mas no con su historia.
He visto equipos chicos ganar cosas importantes sin grandes nombres. Por encima recuerdo lo logrado por el Leicester en Inglaterra recientemente, la Copa Libertadores que obtuvo Once Caldas o la Euro que en el mismo año ganó Grecia.
Lo que no he visto es equipos grandes obtener títulos con nóminas modestas. Los jugadores que tienen un nombre reconocido lo han construido con títulos y actuaciones estelares. Eso es lo que los diferencia de los demás. Es por eso que son ideales para jugar en escuadras en las que hay que acostumbrarse a trabajar bajo una intensa presión del entorno. En este Millonarios no hay los suficientes de esos.
El presidente Enrique Camacho dijo en Antena 2 la semana pasada que el técnico Israel pidió refuerzos como los que llegaron. El director deportivo, Norberto Peluffo, dijo que un gran nombre no es garantía de éxito. Olvidan el presidente, el director deportivo y el técnico que están en Millonarios, y si bien los grandes nombres no son sinónimo de títulos, sí aproximan más a los equipos como el azul a la consecución de los objetivos. Me extraña de Peluffo, que sabe lo que significa jugar en Millos, pero también lo entiendo porque no es él quien define el presupuesto y, al igual que a Israel, no le queda más remedio que creer en lo que tienen.
Esto es fútbol y cualquier cosa puede pasar, pero no es bueno llamarnos a mentiras. Este equipo, bien trabajado como el semestre anterior, está para clasificar a los playoffs y poco más.
