Con solo algunos días del nuevo año, Iván Duque ha mostrado su terrible negligencia y el camino por el que llevará a Colombia. Son tres hechos. Por un lado, la política exterior es un fiasco. Ahora estamos en malas relaciones con Estados Unidos y con Rusia; como si fuera poco, seguimos pegados al corrupto círculo de Juan Guaidó y a la sostenibilidad de un gobierno interino de mentiras, y lo peor es que Maduro sigue en el poder. En materia política, lo que hace el gobierno de Iván Duque podría resumirse en lo que pasa con San Andrés: nada. La reconstrucción avanza a pasos lentos. Pero tal vez el mayor problema se observa en materia del sistema sanitario. Se tuvieron meses importantes para esperar el segundo pico y no se hizo nada.
Del manejo de la pandemia del nuevo coronavirus se pueden sacar cuatro conclusiones. Por un lado, Colombia ha sido uno de los países más golpeados y ha tenido una de las peores gestiones de la crisis. Tuvimos una de las cuarentenas más largas del mundo; en principio se ralentizó el virus y hubo cierta esperanza, pero ahora estamos con los peores números: más de 45.000 muertos, que para finales de febrero podrían ser más de 60.000, además de casi dos millones de contagiados. Todo ha sido un fracaso y ahora estamos a punto de que en las principales ciudades del país el sistema sanitario colapse. De seguir así, en dos o tres semanas podría pasar.
En segundo lugar, las medidas económicas fueron pocas, ineficientes y tardías. La gente no se puede encerrar porque las condiciones económicas no lo permiten. Las ayudas grandes llegaron para junio de 2020, ya cuando la crisis había arrasado con miles de empleos, restaurantes y pequeñas empresas. Hoy, un nuevo cierre, significa hambre para mucha población.
En tercer lugar está lo más cuestionable que se vive en materia de salud. El Gobierno, hace cerca de un mes, habló de la compra de millones de vacunas. Inicialmente, el ministro de Salud dijo que desde enero se podría comenzar con vacunas de prueba, luego dijo que en febrero y, más recientemente, dijo que no se había comprometido con una fecha exacta. Es decir, a hoy no sabemos cuándo llegarán las vacunas y cuándo se dará el primer vacunado. No se conocen, siquiera, los contratos, hace apenas unas horas el Ministerio de Salud en un comunicado confuso dijo que la compra la hizo la Unidad de Gestión de Riesgos y Desastres. Una entidad cuestionada por múltiples casos de presunta corrupción fue la encarga de la compra, pero no aparecen los contratos.
Por último, no se aprovechó el tiempo, no hubo ampliación en camas de UCI, no se mejoraron las condiciones de los trabajadores de la salud y, nuevamente, el sistema sanitario está al límite, podría colapsar en los próximos días si el número de ingreso no disminuye. Esto no solo pone en estrés al sistema sanitario, sino que demorará la recuperación económica sustancialmente. En el mejor de los casos para finales de 2021 solo entre 15 y 20 millones de personas podrían estar vacunadas, es decir, menos de la mitad de la población. En fin, el gobierno de Iván Duque podría resumirse en una sola palabra: fracaso.