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Los datos son más que dramáticos. Según la Fundación Paz y Reconciliación, entre el 24 de noviembre de 2016 y el 3 de junio de 2021 han sido asesinados, al menos, 651 líderes sociales; de hecho, desde 2020 y hasta el 31 de junio de 2021 fueron asesinados 279 líderes sociales. En el 2020, en promedio, fueron asesinados cuatro líderes sociales por semana. Otros datos del informe que se conoció en las últimas horas indican que en 2020 hubo un 62% más de asesinatos que en 2019. Igualmente, 222 personas líderes y defensoras de DD. HH. fueron asesinadas en 2020 y hubo 57 asesinatos en el primer semestre de 2021, lo que indica que el número de asesinatos volvió a ser similar a los niveles de 2018 (64) y 2019 (67). A continuación se ven los datos entre 2020 y 2021, discriminados por mes:

Lo anterior viene a confirmar que en 2020, producto de la pandemia, funcionarios públicos, miembros de ONG y organizaciones sociales se encerraron en sus casas debido a los confinamientos y el miedo al virus, eso significó que las comunidades fueron abandonadas y dejadas solas. Además, el 2020 incubó la nueva ola de violencia que vive el país y que comenzamos a ver este 2021.
Al igual que en 2018 y 2019, Cauca, Antioquia y Nariño son los departamentos más afectados en este año y medio (47,3% de los casos). A pesar de que llevan más de cuatro años siendo los más afectados, la respuesta del Estado ha sido inefectiva. Es decir, las posibilidades de detener esta masacre son altas, debido a que el asesinato de líderes y lideresas se concentra en las mismas zonas y en algunos municipios. A continuación se ven los datos:
Otra de las cosas llamativas del informe es que el 61% de las víctimas de asesinatos selectivos durante este año y medio fueron indígenas, afrodescendientes y campesinos. Además, como en informes anteriores, la gran mayoría de estos asesinatos son cometidos por sicarios contratados por terceros, es decir, cerca del 70% de los crímenes no tienen un autor identificado. El resto fueron cometidos por disidencias de las Farc, el Eln o grupos disidentes de paramilitarismo. La pregunta que ronda es quiénes son los determinadores de estos homicidios y por qué es tan baja la efectividad de la justicia en los casos de los determinadores.
El informe concluye que en lo que queda de 2021 las posibilidades de vivir una violencia intensa contra líderes y lideresas son altas, debido a la cercanía de las elecciones. Por ello se recomienda un plan de choque para detener un baño de sangre. Las zonas de mayores probabilidades se conocen, los perfiles de los líderes agredidos también, por ende están dadas las condiciones para que se logre proteger la vida de decenas de líderes sociales.
