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Una nueva era en Venezuela

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Arlene B. Tickner
09 de diciembre de 2020 - 05:03 a. m.
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Al conocer los resultados de las cuestionadas elecciones, en las que por mucho 31% de los venezolanos eligieron la nueva Asamblea Nacional, de la cual dos tercios será del oficialismo, Nicolás Maduro proclamó que “nace una nueva era en Venezuela”. Tiene hasta razón. Después de la pasada contienda de 2015, que le dio a la oposición la mayoría legislativa y allanó el camino para el reconocimiento internacional de un gobierno paralelo, ésta por fin ha sido desbancada. Con ello, el régimen chavista termina de extender su control sobre todas las ramas de poder público, el futuro del autoproclamado presidente Guaidó queda en veremos y la búsqueda del cambio por la vía electoral se pone en suspenso.

El dilema que enfrentan los partidos de la oposición ante este escenario es inmenso. Más allá de su fragmentación ideológica, el fortalecimiento autoritario logrado plantea una nueva realidad política en la que deben repensar sus estrategias, que hasta ahora se han centrado en la búsqueda de una transición política bien a través de la negociación o en el caso de los sectores más radicales, la salida forzada de Maduro. No menos problemático, su arraigo entre la población está en descenso, no solo por la promesa incumplida de la democratización sino más aún, por lo que se percibe como una obsesión mayor por lograr el apoyo extranjero para derrocar al régimen que para atender la tragedia que viven actualmente los venezolanos.

Empero, el chavismo tampoco debe sentirse del todo tranquilo con los resultados. Además del rechazo mundial, la alta abstención recalca el desasosiego de los ciudadanos con el oficialismo y la perdida de disciplina de las bases chavistas. Como lo anticipa la profesora Margarita López Maya en entrevista con Tal Cual, ese descontento generalizado hace que la sociedad civil no dejará de movilizarse, sino que en ausencia de líderes opositores creíbles buscará articularse de abajo hacia arriba. De allí que es de esperar que distintas organizaciones, sobre todo aquellas que vienen denunciando hacia afuera la corrupción, criminalidad y violaciones a los derechos humanos del Gobierno, se conviertan en blanco principal de la represión estatal.

Por todo lo anterior, el camino a seguir por parte de la comunidad internacional no es claro. Por más que un número significativo de países ha desconocido los resultados de las elecciones, las políticas trazadas hasta ahora, consistentes en la búsqueda de una salida negociada y la aplicación de sanciones no han surtido resultado alguno en términos de la transición democrática en Venezuela. Todo lo contrario, las sanciones estadounidenses han reforzado las tendencias autoritarias del régimen y cohesionado al oficialismo. Más grave aún, han empeorado la situación económica y afectado al pueblo venezolano. Además de agudizar la inseguridad alimentaria y la escasez de medicamentos y otros bienes de primera necesidad, con un impacto directo sobre la desnutrición infantil, han incidido en el desempleo y la escasez de gasolina. Por más controversial que suene, ante un contexto en el que Maduro está más empoderado que nunca y respaldado tanto por militares como grupos violentos no estatales, la oposición pierde legitimidad y el sufrimiento de la gente se agudiza, habría que preguntarse si la atención a la crisis humanitaria no debería tomar prelación, al menos en el futuro inmediato.

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Amadeo(14786)10 de diciembre de 2020 - 03:45 a. m.
Columna mamerta que en nada critica la dificil y corrupta gestión del régimen de Maduro sino que se complace en destacar las diferencias y desencuentros de la oposición con lo que implícitamente es un apoyo al régimen en cuestión.
Mauricio(17949)10 de diciembre de 2020 - 12:15 a. m.
El Uribismo está logrando paso a paso emular el régimen de Maduro, tiene el poder ejecutivo y el judicial, solo le falta el legislativo. Los extremos se acercan.
Aizar(l2wki)09 de diciembre de 2020 - 03:37 p. m.
Asi empezo la china de Mao..... y al final con su cuento de la revolucion cultural... entre 70 110 millones de muertos por no pensar como el gran lider... definitivamente venezuela tiene unos politicos descerebrados son peor que el cancer
  • Mauricio(17949)10 de diciembre de 2020 - 12:15 a. m.
    Esa es otra historia.
Atenas(06773)09 de diciembre de 2020 - 02:39 p. m.
Y esa fementida revolucion bolivariana, y con ella toda esa caterva de aupadores y blasfemos de una nueva arcadia, terminó en lo esperado: un cataclismo humano q' no cesa y q' nos inunda con admitidos harapientos cual clara advertencia de lo q' nos pasará si le comemos cuento a sus aduladores Petro, Piedad, Bolívar......De fortuna todavía el Salvador URIBE anda por ahí rondando.
  • Mauricio(17949)10 de diciembre de 2020 - 12:14 a. m.
    El Uribismo está logrando paso a paso emular el régimen de Maduro, tiene el poder ejecutivo y el judicial, solo le falta el legislativo. Los extremos se acercan.
Julio(2346)09 de diciembre de 2020 - 01:49 p. m.
Paradójicamente el uribismo es el mejor impulsor del castrochavismo, porque según el uribismo "todos los que no sean uribistas son castrochavistas", y sin derecho a apelación. La doctrina hegemonista del "pensamiento único" de Uribellaco está más muerta que la de Stalin.
  • Atenas(06773)09 de diciembre de 2020 - 02:27 p. m.
    ¡Y llegó el bobo julio con sus babosadas! A todo columnista le dice lo mismo, y lo repite por tramos, así como es su precario magín, y tal cual estilan los del petrismo, pues ya es resabido su idiotismo.
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