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La reforma tributaria en marcha es solo la cuota inicial de la necesaria recuperación del equilibrio fiscal perdido. Los expertos y el mismo Gobierno han señalado que otros ajustes en la estructura tributaria y esfuerzos adicionales en la mejoría de la administración de los impuestos serán indispensables en el futuro. Entre ellos se encuentra la utilización de nuevos instrumentos para reducir eficazmente la evasión y la elusión, sin los cuales no será posible el saneamiento definitivo de las finanzas públicas.
Además, la lucha contra la evasión es una de las medidas más eficaces para elevar la progresividad tributaria de un país donde el pago de impuestos no contribuye a reducir la desigualdad del ingreso y la riqueza. Son precisamente las personas de mayores recursos quienes disponen de contadores, asesores, vehículos societarios y estructuras opacas que les permiten ocultar o disminuir en forma artificial sus ingresos y patrimonios.
Para avanzar en esta materia no bastan la retórica ni las porosas regulaciones del actual Código Fiscal. Las reformas tributarias deben establecer reglas precisas que apunten a eliminar conocidas prácticas de evasión que olímpicamente se pasan por la faja las regulaciones existentes. Por esta razón, son especialmente valiosas las propuestas que Fedesarrollo ha puesto a consideración del Gobierno, el Congreso y la opinión pública.
Entre otras, Fedesarrollo insiste en la necesidad de limitar y, en muchos casos, impedir completamente los pagos en efectivo, tal como ya ocurre en otros países. La ley debería establecer la prohibición a la compra de bienes raíces, vehículos, joyas y otros activos por medio de billetes, y no permitir, así mismo, el pago de los distintos servicios profesionales con efectivo. De igual forma, las compraventas en el comercio organizado y las distintas ferias y mercados, por encima de cierto valor, $3 o $5 millones, por ejemplo, deberían ser ilegales. Este tipo de regulaciones reforzarían las normas que buscan la generalización de la factura electrónica y estimularían la necesaria difusión de los mecanismos digitales de pago.
La prohibición explícita de ciertas prácticas abusivas, toleradas por las normas vigentes, puede taponar el desangre de cuantiosos recursos tributarios. Por ejemplo, se debe prohibir expresamente la deducción de numerosos rubros que no están relacionados con la actividad de las empresas, tales como ciertos gastos de las familias de sus dueños, entre ellos sueldos de conductores y otros empleados, mercados y remodelaciones de sus viviendas.
En esta materia, Fedesarrollo propone que se siga el ejemplo de la autoridad tributaria de Chile de establecer una lista precisa de prácticas que no son permitidas, la misma que debería actualizarse permanentemente, de acuerdo con la mutación de las formas de evasión y elusión que se detecten por medio de las auditorías.
Entre tantas otras recomendaciones, Fedesarrollo sugiere que los bonos e incentivos que reciben los funcionarios de la DIAN se orienten a premiar la inclusión de nuevos contribuyentes, aquellos evasores que hoy están lejos de los radares de las autoridades.
Algunas de estas ideas, por supuesto, podrían incorporarse rápidamente a la reforma que cursa en el Congreso.
Fedesarrollo. (2021). “Elementos para reducir la evasión y elusión en Colombia”. Bogotá, 19 de julio de 2021.
