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El acuerdo entre China y Estados Unidos

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Armando Montenegro
18 de mayo de 2025 - 05:06 a. m.
“Una separación abrupta, como la que planteó Tump, no podía ocurrir sin que ambos países sufrieran graves traumatismos”: Armando Montenegro.
“Una separación abrupta, como la que planteó Tump, no podía ocurrir sin que ambos países sufrieran graves traumatismos”: Armando Montenegro.
Foto: Agencia AFP
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El pasado fin de semana, por fortuna, China y Estados Unidos pactaron una tregua en su guerra comercial. Evitaron un grave daño a las economías de ambos países al acordar la reducción mutua de los aranceles en 115 puntos porcentuales durante un período de 90 días. Ante esta noticia, aliviados, los mercados reaccionaron con entusiasmo. Las bolsas subieron, el dólar se apreció y se recuperó el precio del petróleo. Se espera que, a partir de ahora, se mantenga la sensatez y en forma concertada se busquen soluciones razonables a los conflictos comerciales entre las dos grandes potencias.

El perdedor en este grave incidente fue el Gobierno de Trump, quien había prometido que, con estas agresivas y apresuradas medidas unilaterales, sometería al gigante asiático y haría que comenzara una nueva edad dorada para la economía de Estados Unidos. Al echar para atrás los absurdos aranceles del 145 % a los productos chinos, tuvo que reconocer que también le estaba infligiendo, en forma innecesaria, un gran perjuicio a su propia economía, algo que los mercados, analistas y académicos habían advertido en forma elocuente. De hecho, existían temores fundados de que en los próximos meses se elevaría la inflación y disminuiría el crecimiento de la economía norteamericana.

La teoría y la experiencia de muchas décadas muestra que la apertura al comercio –y no la autarquía y la protección desmedida– es la política más conveniente para la prosperidad de los países. Por ello, ante la certidumbre de la magnitud del desastre que estaba gestando, Trump tuvo que recular. El editorial del Wall Street Journal concluyó en forma categórica su análisis de la “patraseada” del presidente gringo: “El señor Trump no lo va a admitir, pero él comenzó una guerra contra Adam Smith y la perdió”.

A pesar de que su economía también estaba en camino de sufrir grandes perjuicios como consecuencia de la agresión de Trump, el gobierno chino demostró una vez más que la firmeza, no la debilidad ni la cobardía, es la manera más efectiva de enfrentar a un bully, el repelente matón de grupo. En materia de represalias, además del incremento de tarifas a las importaciones provenientes de Estados Unidos, los chinos tomaron algunas medidas drásticas (que también se desmontaron en el acuerdo de la semana pasada) que afectaban seriamente a los norteamericanos. Entre ellas, cancelaron grandes órdenes de compra de aviones a Boeing y prohibieron la exportación a las firmas norteamericanas de las llamadas tierras raras, materiales indispensables para la fabricación de chips y otros elementos cruciales para la producción de energías renovables y, entre otras cosas, de celulares y computadores.

Esta crisis puso en evidencia el hecho de que las economías de Estados Unidos y China están íntimamente conectadas, no solo mediante enormes intercambios de comercio, sino también por enormes flujos financieros. En realidad, dependen una de la otra de una manera estrecha, fruto de una integración forjada a lo largo de varias décadas. Es evidente que una separación abrupta, como la que planteó Tump, no podía ocurrir sin que ambos países sufrieran graves traumatismos. Por esta razón se firmó al acuerdo que comentamos. De ahora en adelante, la única salida razonable es buscar soluciones a los problemas y los desbalances existentes por medio de las negociaciones.

Conoce más

 

Gines de Pasamonte(86371)19 de mayo de 2025 - 05:21 p. m.
1) EE UU ha perdido competitividad en sectores industriales clave, como los paneles solares, las baterías para vehículos eléctricos y las telecomunicaciones. El caso de los paneles es ilustrativo: los primeros avances se realizaron en Estados Unidos, pero hoy alrededor del 80 por ciento de la producción mundial está concentrada en China. Otro ejemplo: en 2023, la producción mundial de vehículos alcanzó los 93.5 millones de unidades.
Gines de Pasamonte(86371)19 de mayo de 2025 - 05:21 p. m.
2) China se consolidó como el mayor fabricante del mundo con 30.16 millones de vehículos. Equivalente a más del 32% del total mundial (de hecho, fabrica más que EE UU, Japón y Corea del Sur sumados). Tomado de: “La pelea del siglo” por Sabino Vaca Narvaja, periódico "Le Monde" de París, mayo de 2025. Lo anterior es una "pequeña" muestra del declive del otrora "coloso del norte". ¡No lo duden!
JOSE PABLO PATIÑO CASTILLO (mpvhd)18 de mayo de 2025 - 04:31 p. m.
No hay duda de que los conflictos comerciales o de cualquier otra área, no se solucionan con medidas arbitrarias y unilaterales, sino con con el diálogo y los acuerdos. Ojalá ese criterio, lo pongan en práctica Putin y Trump en cuanto a la terminación de la guerra de Ucrania. Si a Ucrania la someten a la tiranía de Rusia, el conflicto seguirá; el país sometido no dejará de buscar por todos medios a su alcance, su derecho a la independencia y a la integridad de su territorio.
Mario OROZCO G.(16018)18 de mayo de 2025 - 03:56 p. m.
Bastante parecido los egos de este cuasipayaso Trump y el paranoico Petro
Mario Paez(97966)18 de mayo de 2025 - 02:10 p. m.
Y que sacó en términos prácticos el Sr Trump? Q el mundo entero ahora sea antiamericano, que la caída del sector turismo en USA ya cause serios problemas, que los americanos tengan que comprar más caro. Ayer le pidió a Walmart que se “coma las tarifas”. No disque eran los chinos los que las iban a pagar? No eran los mexicanos los que pagarían el muro? Si se es antipetrista por cínico, egocéntrico y mentiroso… como puede ser uno trumpista si es igual? Están en orillas diferentes pero…
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