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En algunos lugares es usual que, en diciembre, al lado de los balances y evaluaciones de lo ocurrido en los doce meses pasados, se elijan las palabras del año. De esta forma, se destacan aquellos términos que, por su uso reiterado en el lenguaje diario, reflejan en forma precisa las preocupaciones, las tensiones y los eventos relevantes de cada país. En la época de la pandemia, por ejemplo, las palabras escogidas fueron “confinamiento” y “vacuna”. En estos tiempos llegan al lenguaje palabras que sintetizan el impacto de los asuntos políticos y las divisiones de la sociedad.
The Economist eligió como palabra de 2024 el término “cacocracia” (kakocracy) que, de acuerdo con sus raíces griegas, significa “el gobierno de los peores” (aunque este vocablo podría referirse también al gobierno de los ladrones; en nuestro medio, donde tradicionalmente ocurren tantos robos al erario, desde hace tiempo se utiliza el término “cleptocracia” para designar el ejercicio de la autoridad por parte de los rateros). Según la publicación inglesa, el término “cacocracia” adquirió popularidad y relevancia al conocerse los nombres de las personas designadas por Donald Trump para ocupar los principales cargos de su nueva administración; entre ellas, varios sujetos acusados de acoso sexual, un fanático contra las vacunas que fue encargado de la salud, y una creyente y difusora de teorías conspirativas que aspira a dirigir la inteligencia de Estados Unidos.
Por su parte, en España, la Fundación del Español Urgente, en asocio con la Real Academia Española, seleccionó para 2024 la palabra “enmerdar”, o sea “ensuciar, llenar de inmundicia”; un sinónimo de “enmierdar”. El término designa de forma precisa el ambiente creado en la ruidosa discusión pública y por los reiterados y malintencionados ataques y contraataques entre los principales partidos y jefes políticos.
En la misma línea, el diccionario Merriam-Webster, sin mayor originalidad ni sorpresa, eligió la palabra “polarización” como el término del año, un fenómeno observado en muchas sociedades que se manifestó con especial intensidad en los países como Estados Unidos, donde se celebraron elecciones presidenciales en 2024.
En Colombia no existe una tradición ni tampoco procedimientos para elegir cada año una palabra que revele o condense las preocupaciones colectivas o el clima de la sociedad. Pero, en nuestro medio, tienen relevancia las palabras de 2024 de Estados Unidos o Europa porque también reflejan en forma acertada varias características de nuestra complicada y tensa situación política. De hecho, cuando en este año se han observado en Colombia tantos y tan sonados escándalos de corrupción y de incompetencia al más alto nivel, muchas personas, seguramente, habrán pensado que estamos en manos de una “cleptocracia” o de una “cacocracia”. Así mismo, la polarización, los enfrentamientos y las acusaciones que van y vienen, a veces originadas en las mismas autoridades, sin duda son una manifestación del progresivo “enmerdamiento” del clima político nacional. Y definitivamente, iniciativas como las reformas a la salud, al mercado laboral, al SGP y otras fétidas propuestas del Ejecutivo constituyen una señal evidente de que se están “enmerdando” las políticas públicas del país. Su limpieza será una difícil tarea que tendrán que emprender los próximos gobiernos a partir de 2026.
