Como es usual en esta época del año, la opinión pública está atenta a la discusión de lo que se denomina, en forma cada vez más incorrecta e imprecisa, el salario mínimo. Se trata de una ficción de carácter formal, de un salario que no es el más bajo de la economía, puesto que, año tras año, se sitúa por encima de los ingresos de cerca de la mitad de los colombianos.
Se sabe, además, que en nada mejoraría la situación de millones de personas pobres si el “mínimo” se eleva en 5 %, 15 % o 25 %. Es más, muchos economistas indican que cuanto más alto sea el “salario mínimo legal”, menos colombianos quedarían cobijados por él, ya que...
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