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Aunque faltan tres años para que el presidente Petro termine su mandato, ya están circulando algunos nombres de sus posibles sucesores. Ventilar ahora este tema puede ser prematuro, pero, eso sí, no deja de ser interesante e, incluso, divertido.
Una de las figuras que seguramente hará parte de los tarjetones de 2026 es la alcaldesa Claudia López, una persona aguerrida, con reconocimiento nacional, experiencia y capacidad de ejecución, con una propuesta de centro izquierda, que, entre otras cosas, puede moderar los excesos de Petro y, sobre todo, ofrecer soluciones de seguridad a un país que sufre un preocupante avance del crimen y la violencia.
Otro político, muy activo y con un enorme conocimiento del Estado, es el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, una de las estrellas de El Tiempo. Sus leídas columnas y su liderazgo en Cambio Radical le plantean una fuerte oposición al gobierno de Petro, con lo cual se constituye en una figura comprometida en la restauración de la ley y el orden, y que, en caso de que el péndulo gire fuertemente a la derecha, puede recibir un mandato mayoritario, tal como el que tuvo Uribe en 2002.
Vargas Lleras no está solo en esa posición. El péndulo bien puede encontrar en su camino al exministro Juan Carlos Pinzón, un experimentado economista, con un claro entendimiento de los asuntos militares, de inteligencia y seguridad, así como sus variadas ramificaciones internacionales. Por su parte, la senadora Cabal u otro de los líderes del Centro Democrático seguramente destaparán sus aspiraciones y tratarán de competir por las oportunidades que se le abrirán a la derecha del espectro político.
La izquierda recia también buscará un heredero, un continuador convencido de la elocuente narrativa de Petro. Por ahora, no se vislumbra que la primera dama, la vicepresidenta o, incluso, Laura Sarabia vayan por la presidencia. En realidad, no se observa una figura distinta a Daniel Quintero, quien, aunque algo chamuscado, rechazado en su ciudad y con numerosas investigaciones a cuestas, parece tener las ganas de aspirar a la primera magistratura.
No se puede descartar tampoco que conocidos personajes del establecimiento que ya lo intentaron, ahora con mayor experiencia, se lancen de nuevo al ruedo. En esta lista se podrían incluir a Sergio Fajardo, Mauricio Cárdenas, Juan Carlos Echeverry y Alejandro Gaviria, todos moderados, excepcionalmente bien preparados y con un profundo conocimiento del país y atractivas propuestas sociales y económicas.
Y, por último, pero no menos importante, ¿quién podría ser nuestro Bukele o nuestro Milei? No se puede descartar que, de pronto, aparezca una figura novedosa, que irrumpa en las encuestas, tal como lo hizo fugazmente el ingeniero Hernández en la elección pasada. Si la mayoría de los aspirantes mencionados atrás no logra cautivar la mente de los votantes y el péndulo lo impone, podría destaparse alguien que hoy no está en los cálculos de nadie. Según un agudo analista, este personaje podría ser el fiscal Barbosa, rabiosamente ovacionado en foros empresariales y con fuerte presencia mediática, quien se vería tentado por los cantos de sirena que prometen ceñirle la banda presidencial en 2026. Aunque varios de sus antecesores lo intentaron, sin suerte alguna, Barbosa bien podría pensar que siempre hay una primera vez.
Amanecerá y veremos.
