Este es el nombre del plan de acción de varios grupos de la derecha norteamericana para el segundo gobierno de Trump. Con el liderazgo del Heritage Foundation y la colaboración de más de cien organizaciones semejantes se preparó un programa para producir un cambio profundo en el gobierno, la economía y la sociedad norteamericana a partir de enero próximo.
El aspecto central de la propuesta consiste en “devolverle el gobierno al pueblo”. Y esto, según sus autores, se consigue cerrando algunas entidades y despidiendo a la burocracia de carrera de muchas otras, para reemplazarla con gentes que comparten la ideología de Trump y siguen sus órdenes. De esta manera, según ellos, se eliminaría lo que llaman “Estado profundo” (Deep State), es decir, el conjunto de funcionarios de carrera, muchos de ellos técnicos y especialistas, que cumplen la ley y tratan de llevar a cabo la misión de las entidades donde trabajan y, por lo tanto, no necesariamente satisfacen los caprichos y mandatos de los presidentes de turno. Los organismos de seguridad, entre ellos el FBI, son los primeros candidatos para vaciarse y llenarse con áulicos de Trump.
Este proyecto sigue la teoría del “ejecutivo unitario”, que predica que el gobierno debe ser una especie de ejército disciplinado que sigue fielmente las órdenes del presidente. Su principal consecuencia sería la eliminación, de facto, del servicio civil de Estados Unidos, constituido hoy por personas de carrera, con estabilidad laboral, que sirven a toda la sociedad. Esto lo conseguirán ampliando enormemente el número de los cargos que en Colombia se denominan “de libre nombramiento y remoción”, despidiendo a decenas de miles de funcionarios incumbentes y llenando las vacantes con operativos políticos de derecha, entrenados para buscar los objetivos de los autores de este proyecto.
Debe observarse que los regímenes autoritarios de todas las latitudes se sienten incómodos con las burocracias estables y, sobre todo, con organismos independientes del gobierno, entre ellos, las comisiones de regulación, los bancos centrales, los consejos fiscales (como el CARF), la justicia y algunos organismos técnicos que no siguen las orientaciones políticas del Ejecutivo (en esta materia, las sonadas reformas de AMLO y algunas iniciativas del gobierno de Colombia tienen algunas semejanzas con el proyecto de la derecha norteamericana).
¿Qué buscan los autores del Project 2025? Además de implantar el Ejecutivo Unitario, se propone cerrar las fronteras, sobre todo la del sur, y perseguir y deportar a miles de inmigrantes ilegales que viven y trabajan en Estados Unidos; detener las iniciativas en marcha para controlar el cambio climático e impulsar la transición energética; poner fin a lo que llaman la “guerra contra el petróleo y el gas” y suspender la financiación en investigación y desarrollo de energías renovables; imponer en las familias norteamericanas los valores y mandatos de grupos cristianos, con medidas como, por ejemplo, la prohibición de la pornografía y del uso y circulación de las píldoras abortivas.
Se incluye también una estrategia y un detallado plan de acción para poner en marcha estas iniciativas inmediatamente después de la posesión de Trump en enero de 2025.
Este proyecto es tan radical que el mismo Trump, al menos de labios para afuera, se ha distanciado de él en la campaña electoral.
