La semana pasada fue tendencia el Papa Francisco porque dijo: “perros y gatos ocupan el lugar de los hijos”. La frase hizo parte de su catequesis sobre San José, en la que habló sobre las implicaciones de la maternidad y la paternidad, la orfandad y la adopción.
Sin embargo, nada se dijo sobre estos asuntos. Las redes estallaron porque el Papa estaba “cuestionando” a quienes deciden tener perros en lugar de hijos, lo que llevó a que rápidamente comenzaran a viralizarse imágenes de personas mostrando con orgullo sus mascotas.
La tendencia duró varios días. Muchos tomaron los titulares con la frase del Papa y desde ahí expresaron su malestar, pero muy pocos se interesaron por leer el documento completo. Los medios de comunicación saben que esa es la dinámica de las redes sociales: un titular fácil que genere indignación en pocos caracteres y que invite a la rápida reacción.
¿Qué hubiese pasado si el titular hubiera sido otra de las frases pronunciadas por el Papa Francisco? Por ejemplo: “vivimos en una época de notoria orfandad”, “¿Cuántos niños en el mundo esperan que alguien cuide de ellos? Y cuántos cónyuges desean ser padres y madres y no lo consiguen por motivos biológicos”, “No hay que tener miedo de elegir la vía de la adopción”.
Quizá la noticia habría pasado inadvertida, unos cuantos likes y unas pocas interacciones: un “fracaso” en términos comunicativos. De manera que no importó poner como titular un argumento secundario usado en el texto como ejemplo.
Tampoco importó que en su intervención el Papa hubiese hecho un cuestionamiento a las instituciones que se encargan de los trámites de adopción y cuyos procesos muchas veces se convierten en obstáculos para formar un hogar: “Deseo que las instituciones estén siempre listas para ayudar en este sentido de la adopción, vigilando con seriedad, pero también simplificando el procedimiento necesario para que se pueda cumplir el sueño de tantos pequeños que necesitan una familia, y de tantos esposos que desean donarse en el amor” manifestó el sumo pontífice.
Mientras las redes se llenaron de memes y fotos de personas con sus mascotas, el drama de niñas, niños y adolescentes a la espera de un hogar de acogida fue indiferente. Las palabras del Papa terminaron generando un debate equivocado y las dos líneas en que habló sobre las mascotas fueron lo único que concentró la atención de las personas. Esto, a su vez, se convirtió en una trampa, pues luego la noticia fue la indignación que se produjo en las redes por la afirmación del Papa Francisco. Al final, de eso se tratan las redes sociales, de estar “como perros y gatos”. Espero que esta última frase no sea mal interpretada.
Puntilla. Negar el derecho a la educación presencial sin una causa realmente justificada debería ser considerado un delito. Esto debería aplicar para cualquier adulto que se oponga a ello, incluidos alcaldes y gobernadores.