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¿Por qué no hubo protestas ante el cierre de colegios?

Arturo Charria
17 de marzo de 2022 - 05:30 a. m.
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La respuesta a la pregunta está en el lugar que gran parte de la sociedad le otorga a la educación y en la incapacidad de reconocer a las niñas y niños como sujetos de derechos.

Basta con pensar cómo habría reaccionado la comunidad de un barrio si durante meses le cortaran el suministro de luz. Lo más seguro es que a los pocos días estarían bloqueadas las calles y, con el tiempo, las protestas escalarían a disturbios. Las personas reaccionan con fuerza ante circunstancias que consideran injustas.

Ahí reside parte de la respuesta a la pregunta inicial, pues muchas familias no vieron el cierre de colegios como una privación de sus derechos. Paradójicamente, se opusieron cuando las instituciones educativas anunciaron su apertura. Incluso, en algunos hogares se prefirió que las mujeres dejaran de trabajar y se quedaran en casa cuidando a sus hijos, antes que exigir educación presencial.

Digamos que esta resistencia se dio porque muchos consideraban que las condiciones de los colegios ponían en riesgo la salud de sus hijos. Entonces, ¿por qué no hubo protestas significativas para exigir al gobierno las adecuaciones necesarias para que los estudiantes regresaran a las aulas?

Para noviembre de 2021, más de tres millones de estudiantes completaban 20 meses sin haber regresado un solo día a sus colegios (una tercera parte de la matrícula del país). Esta cifra podría considerarse una de las mayores vulneraciones masivas y estructurales a los derechos de las niñas, niños y adolescentes en Colombia.

Esta tragedia no se resolvía, exclusivamente, con una mayor inversión, pues hubo recursos girados por el Ministerio de Educación que no fueron ejecutados por la ineficiencia de los entes territoriales. Lo que realmente mantuvo cerrado los colegios fue la falta de presión por parte de los padres de familia, contra el gobierno nacional y las administraciones locales, pero también contra las instituciones que teniendo buenas instalaciones físicas se negaban a prestar el servicio.

Parece una obviedad, pero muchas personas no se percatan que el sistema educativo no se limita a la relación entre el magisterio y el Ministerio de Educación, sino que requiere la participación decidida de las familias. Sin embargo, esta relación no debe entenderse de manera confrontativa, sino de corresponsabilidad. Causa curiosidad cómo se volvió popular la expresión: “prefiero que mi hijo pierda el año a que se muera por ir al colegio”. Nada más alejado de la realidad, pues regresar a la escuela era devolverles la vida y sus derechos.

Que la sociedad haya bloqueado la apertura de colegios es tan absurdo como una persona que se alegra por no tener energía en su casa, argumentando que así no tiene que pagar el recibo de la luz.

Puntilla. En Norte de Santander el Centro Democrático tendrá que alternar a Corzo y a Capacho en el Congreso. Así evitan la carnicería por la única curul que ganó el partido y les queda la ilusión de haber obtenido dos Cámaras.

@arturocharria

Conoce más

 

Muyval(68260)18 de marzo de 2022 - 11:38 p. m.
Desde hace 210 años la clase dirigente ha relegado la educación del pueblo colombiano al último lugar en la escala de prioridades. Y han sido muy exitosos en esa empresa. Rumba, futbol, baile, corrínche, telenovelas siempre están por delante del estudio en Colombia. Es más fácil dominar a un pueblo cuyas aspiraciones no pasan de un celular o una botella que a un pueblo que cuestiona decisiones
Adriana(87955)17 de marzo de 2022 - 04:44 p. m.
Con toda su sapiencia este sujeto estuvo escondido durante los dos años en que estuvieron cerrados los colegios, aparece ahora, después de 2,5 años a criticar a los padres de familia. No debe tener hiojos y ojalá la vida no se los procure, para que una enfermedad o una pandemia, no se los amenace o en el peor de los caso se los quite.
  • María(60274)19 de marzo de 2022 - 04:02 a. m.
    Jairoval, gracias a esa clase de mamás es que los niños llegan a la adultez, porque si se mueren todo se acaba.
  • jairo(07497)18 de marzo de 2022 - 09:24 p. m.
    Fijo Adriana es una de estas mamás que siguen acuertelando a sus hijos, privándolos de tener una educación de calidad y con ello, un mejor futuro
Alvaro(sa3gs)17 de marzo de 2022 - 01:22 p. m.
El problema es muy grave ,la educación es pésima y no vemos esto ,la sociedad está sin cultura o con una pobre cultura sobre educación,hay que resolver esto urgente.
Atenas(06773)17 de marzo de 2022 - 11:07 a. m.
De las donosuras de Charria, Este no parece q’ trabajara en el sector público o q’ hubiera laborado; x lo menos si fue breve, muy breve/, secretario de educación mpal. Y extrapola lo q’ pasa en tan despelotado sector educativo -con un peligroso agente ahí infiltrado, Fecode-, con lo q’ pasa en el privado. Y en tan corta visión pierde perspectiva.
  • orlando(45745)17 de marzo de 2022 - 08:32 p. m.
    Atenas es de los que todavía cree que el principal problema de la educación es FECODE, si no es por ellos la pandemia entre los jóvenes hubiera sido terrible pues el Ministerio no quería invertirle a los elementos de Bio seguridad.
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