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Vivir en Venezuela y estudiar en Cúcuta

Arturo Charria
03 de marzo de 2022 - 05:30 a. m.

Para 2.800 estudiantes que viven en Venezuela y estudian en Cúcuta el día comienza una hora antes. Se levantan a las cuatro de la mañana, se alistan y, en el mejor de los casos, comen algo. Salen de sus casas y caminan hasta el puente internacional Francisco de Paula Santander. Nadie pensaría que estudian en Cúcuta, pues suelen tener guantes y chaquetas, como si estudiaran en otro clima.

A las cinco de la mañana comienzan a cruzar los primeros. Muchos lo hacen acompañados de sus acudientes, pues el 65 % tienen entre cinco y diez años. Allí comienzan otra fila para tomar los buses que les llevan a sus colegios.

No todos son migrantes, muchos son hijos de colombianos retornados que decidieron establecerse en los límites de Venezuela porque el arriendo y los servicios son mucho más baratos. Quizá también lo hacen porque tras una vida en otro país, se niegan a dejarlo del todo atrás.

Para comprender lo que significa estudiar en la frontera hay que tener en cuenta tres aspectos: 1) En Cúcuta la jornada escolar comienza sobre las seis de la mañana; 2) En Venezuela el día inicia más temprano por el cambio horario; 3) Las tensiones diplomáticas entre los dos países afectan la llegada de los estudiantes a sus colegios.

Cuando las relaciones entre Bogotá y Caracas se ponen tensas o el transporte escolar no se contrata a tiempo, la situación de los estudiantes se precariza: deben despertar más temprano, cruzar por trochas la frontera y tomar transportes ilegales. Esta logística hace que la distancia entre los dos países parezca gigante, cuando se trata de un mismo territorio separado por dos gobernantes ensimismados en su vanidad.

Durante la pandemia, los estudiantes residentes en Venezuela han tenido muchas dificultades para continuar sus estudios. Las restricciones de movilidad impidieron el paso de materiales pedagógicos, la alimentación escolar y el inicio de la alternancia. Para ellos la probabilidad de abandonar sus estudios es mayor por las circunstancias que deben sortear para asistir al colegio.

A mediano plazo el panorama no parece que vaya a cambiar, pues en Venezuela cada vez hay menos docentes y estudiantes. ¿Qué hacer entonces para garantizar el descanso y una buena alimentación para estos estudiantes?

Una alternativa podría ser que los colegios en los que se concentra esta población tengan jornada única, es decir, que no tengan jornada en la tarde. Así podrían comenzar una hora más tarde y almorzarían en el colegio. También sería importante que, a través de los recursos administrados por las agencias de cooperación internacional se ofrezca un refrigerio adicional para quienes toman la ruta en horas de la mañana.

Es fundamental tener siempre presente que un estudiante cansado y con hambre no tiene muchos motivos para permanecer en el colegio. En esas condiciones es difícil aprender y, más aún, creer que ese sol que tanto ilumina en Cúcuta, también brilla para ellos.

Puntilla. Tras estar ausente durante el paro armado decretado por el Eln, el gobernador de Norte de Santander apareció para invitar a una jornada de oración en contra de la violencia en la región.

@arturocharria

 

Giovanni(38945)03 de marzo de 2022 - 07:34 p. m.
Estuvo buena la “puntilla” !… entonces rezando se nos solucionan los problemas… jaja, que idiota el tal gobernador !
Camilo(gibaw)03 de marzo de 2022 - 06:49 p. m.
Bien por el tema de las relaciones con VEN y bien por el objetivo principal de la columna, pero nefasto el análisis que queda como una ficción la descripción de la problemática de ese tejido social Le falta o más páginas para completarlo o mas estudio si es que la desconoce
  • jose(33220)03 de marzo de 2022 - 07:45 p. m.
    hombre por favor . ¿cómo se les ocurre tratar de vanidoso a Duque . ? de que vanidad me hablas viejo ?
Alberto(3788)04 de marzo de 2022 - 12:39 a. m.
Muy buena columna, muy pertinente. Ese gobernador cretino es de la línea Marioneta, que deja todo en manos de la virgen de Chiquinquirá, ¡Para eso fueron elegidos! Gracias, Arturo Charria.
Juan(74448)03 de marzo de 2022 - 03:17 p. m.
"gobernantes ensimismados en su vanidad".....frase tomada del autor y que retrata la realidad de los politiqueros de turno.
PEDRO(90741)03 de marzo de 2022 - 03:16 p. m.
Cuenta regresiva: faltan 157 días para que termine este embustero gobierno. No se deje manipular ni convencer por medios y personas que por fanatismo, siguen a un caudillo sin escrúpulos.
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