Publicidad

Biografía del poder

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Arturo Guerrero
16 de julio de 2021 - 05:00 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Ahora, cuando el mundo entero estalla en las calles, sin distingos de color político, es hora de preguntarse por el poder. Parece que el poder pudiera más que la tranquilidad, más que la felicidad, más que la sana conciencia. Los buenos motivos le hacen venias de sumisión al tsunami del poder.

Los poderosos son seres que nunca descansan porque no están contentos con nada. Acumulan para acumular más. Más tierras, más influencias, más plata, más súbditos, la inmortalidad de los dioses. ¿Qué buscan los que tanto buscan? Acaban de matar al presidente de Haití y los dos primeros ministros más el presidente del Senado se disputan el trono y el lecho húmedo del asesinado.

José María de Pereda, novelista costumbrista español de la segunda mitad del XIX, adornado de bigote y barba quijotescos, lanzó una afirmación orientadora: “quien aspira a adquirir riqueza u honores no sabe amar”.

La contraposición es elocuente. Por un lado iría el amor, por otro el dinero y la pleitesía, es decir las golosinas que cautivan a los poderosos. En verdad, amar, saber amar y saberse amado sería la satisfacción incomparable. Llenan más las caricias y calores familiares que los bombones y cachivaches regalados para librarse del niño.

Así pues, quienes de recién nacidos y en sus primeros años carecieron de los cariños maternos y paternos, se ven empujados desde el inconsciente a llenar el vacío con reemplazos lastimeros. Detrás de cada ávido de poder suele agazaparse un ser arrojado al mundo sin la coraza del amor.

Hace tres años un tuitero identificado como @diostuitero, sorprendió con esta sucinta pieza de antiteología elemental: “Dios es el ser con la autoestima más baja de la historia. Solo así se explica que necesite que le adoren constantemente”.

Este dios tuitero es el dios ávido. Si exige adoración perpetua de parte de sus criaturas, es precisamente porque las creó para autosatisfacerse. Los templos suelen ser el edificio cimero de los mil y pico de pueblos en Colombia. Sus torres son visibles desde las primeras curvas cuando se abre el panorama de casitas y calles desdentadas.

Adentro de las inmensas puertas el alma se sobrecoge. Desde el altar fulminan símbolos llameantes del omnipotente, del que todo lo puede. ¿Habrá algún modelo del poder más incisivo, de entre los muchos que moldean las mentes nacionales?

Los diversos auges han sembrado sus símbolos desde hace siglos: las corazas de los conquistadores, los caballos de los libertadores, las pirámides de huesos de las guerras civiles, el corte de franela de la Violencia, el fusil de las guerrillas, la motosierra de los paras, las cadenas de oro de los narcos, la combinación de todos los anteriores en la actualidad.

Estos poderes cíclicos y encadenados se han incrustado en las ambiciones generales. Por eso hay hoy más candidatos a la presidencia que votantes, más jerarcas aspirantes a títulos y puestos que fieles creyentes en las instituciones. Entre tanto los ciudadanos chapalean en un medio hostil que en vez de saber amar exige adoraciones inmarcesibles.

arturoguerreror@gmail.com

Conoce más

Temas recomendados:

 

Jorge(75346)16 de julio de 2021 - 10:58 p. m.
Atenas sobre cualquier cosa que opine, es reaburridor. No se dará por enterado. Con lo bobote que es....
Lorenzo(2045)16 de julio de 2021 - 10:51 p. m.
No solo al colombiano de a pié sino al gringo consumidor (sniffador), al europeo muerto de la nostalgia porque no puede salir a tomarse un café en sus medievales plazas tapizadas de japoneses y sus cámaras de fotografiar, en general el individuo posmodernizado a la berraca se le saca, cada vez más, del ámbito de la filosofía. De la filosofía sencilla que no es la tipo arrogante que se sabe de...
  • Lorenzo(2045)16 de julio de 2021 - 10:56 p. m.
    ...los presocráticos hasta Heidegger. No: el filósofo es el ciudadano que lucha por limpiarse el espíritu de tanta basura mediática; del truco publicitario inventado por los mercachifles gringos hace un siglo. Hoy, a pesar de los pesares, colombianos con cierto nivel de cultura pero imbuídos más por la necesidad sentida de hacerse preguntas -cimiento de todo filosofar- sacuden la web. Provocadores
Bernardo(31155)16 de julio de 2021 - 04:39 p. m.
El columnista se "traga el sapo" del poder de la Iglesia Católica en este entramado. Y otro, el de la forzosa asociación que conviene hacer entre INTERESES y PODER.
juan(9371)16 de julio de 2021 - 03:08 p. m.
Es eso lo que afecta al gran psicópata y expresidiario ubérrimo...
Hernando(84817)16 de julio de 2021 - 02:10 p. m.
Excelente su columna. Mientras que los fundamentalismos sigan manipulando la conciencia de las masas, el poder en manos de quienes manejan el mundo a su amaño, continuara destruyendo las sociedades hasta que el destino alcance el fin ultimo de la desparicion necesaria del del ser mas destructivo que ha habitado la tierra: El homo sapiens.
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.