Publicidad

Bolsas para basura, el último eslabón del comercio

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Arturo Guerrero
26 de septiembre de 2025 - 05:05 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Las ventas callejeras hablan mucho del país donde vivimos. Bogotá, por ejemplo, está invadida de personas que ofrecen bolsas para basura. Son muchachos y mujeres que suben a Transmilenio o caminan por las calles, con un paquetico plástico de color gris y simplemente explican la utilidad de su mercancía.

Valen casi nada, pero para estos cuasi mendigos pueden significar un almuerzo corriente, un corrientazo, o la posibilidad de llevar a sus viviendas un poco de leche, unos panes, la sal. Por supuesto que la mayoría de paisanos pasa de largo sin fijarse casi en la figura de quien mercadea el más simple artículo del comercio errabundo.

Quienes fabrican estas talegas insignificantes seguramente consiguen bien barato este mercadeo público. Y, a juzgar por la persistencia de los vendedores, algunas monedas circulan gracias a la oferta del pequeño ejército de pobres y a la inspiración de tal cual transeúnte que recuerda de repente que en su casa se acabaron esos talegos plásticos desechables.

Solo así se explica que la proposición de esta mercancía se mantenga día tras día desde hace un tiempo que nadie puede calcular. Claro, no pesa, se deja doblar, cabe en un bolsillo, es fácil de transportar, tanto para el vendedor como para el comprador. Es un desvare para ambos. Ahí radica la sencillez de este modo de paliar los apuros de la penuria.

Pero esta simpleza habla igualmente de la gran dificultad que tienen los pobres para salir de pobres. Vender bolsas de basura no es ningún negocio, es más bien la última tabla de salvación para gentes que se han cansado de buscar un trabajo o de montar cualquier emprendimiento. En vez de mendigar monedas, las cambian por su tiempo.

En efecto, los vendedores de estuches para desechos han sido desahuciados por los engranajes impíos de la productividad. Se dedican a este último escalón del comercio, no por una vocación ni por un desafío hacia el futuro sino por inquietud de no perecer.

Pedir limosna no figura entre los peldaños del mercado. Es más una súplica desesperada. Por eso los mendigos suben a los buses con sus bebés dormidos en el pecho. Su intención no es ofrecer ni siquiera el más simple servicio, es despertar la compasión pública. En cambio, los vendedores de bolsas de basura son comerciantes, así sus ganancias sean piltrafas.

No se sabe qué lamentar más, si una sociedad que convive con limosneros o un país que lleva a jóvenes y mujeres con capacidad laboral a emplear sus fuerzas en la oferta más parecida a la basura. Porque vender en la vía pública bolsas para desperdicios ha de recordarles todo el día que sus alientos son desechos.

Su mercancía no exigió de ellos ninguna habilidad fabril. La exhibición de la misma es una actividad gris como aquella. Su pregón es vacío, no da campo a la imaginación de un vendedor. Basta con levantar suavemente el brazo de donde cuelga la última morada del próximo desperdicio.

Qué difícil ha de ser para estos vendedores desprenderse de la baja categoría del objeto de su comercio callejero.

arturoguerreror@gmail.com

Conoce más

 

Jesús(90019)26 de septiembre de 2025 - 11:22 p. m.
Y la desigualdad en el ingreso no se mueve por la avaricia de un congreso mafioso. Tenemos un indicador Gini que nos deja como uno de los países más desiguales del mundo. Y seguimos montando a los mismos depredadores en el poder por culpa de una ignorancia de siglos y de una estupidez crónica. Educación para estimular el sentido crítico, a eso le temen los clanes y sus mafias.
Alberto Rincón Cerón(3788)26 de septiembre de 2025 - 10:28 p. m.
Muy acertada.
Myriam Bautista González(24817)26 de septiembre de 2025 - 06:09 p. m.
Sin embargo, la pobreza ha bajado según el DANE. Paradojas de la realidad nacional.
  • Felipe Fegoma(94028)26 de septiembre de 2025 - 10:42 p. m.
    Doña Míriam, el DANE es el gobierno. Es muy sencillo mover pobres a la categoría de "vulnerables" cuando el propio DANE dice que un limosnero que ingrese 28.000 pesitos diarios ya es clase media. Todo una gran mentira.
  • Lucila Castro de Sanchez(60806)26 de septiembre de 2025 - 07:52 p. m.
    Eso no tiene nada que ver con el DANE,no sê,por quê no analizan las circunstancias especiales de los indicadores.
Juan Montoya(cnp52)26 de septiembre de 2025 - 02:34 p. m.
Amigo apostol, continuemos con la teoria de la conspiracion: el zar de las bolsas, el que las provee, es el mismo que hizo lobby para sacar adelante la ley que prohibe las pacas plasticas en los supermercados. Esa malvada mente criminal tenia bien claro que su mayor compentencia era la costumbre criolla de reconvetir las bolsas del mercado en bolsas de basura.
PEDRO CASTIBLANCO REYES(85266)26 de septiembre de 2025 - 01:45 p. m.
mientras esto ocurre los gremios economicos,medios de comunicacion, congreso, altas , medianas y bajas cortes se van lanza en ristre contra el gobierno del cambio, cualquier reforma por pequeña que esta sea, a la rancia oligarquia criolla y "gente de bien" les causa horror, como asi que tres millones de viejos y viejas logren un bono pensional? mientras el magistrado muy honorable ibañez sigue negando su prole y embolsillandose 100 millones mensuales.
  • Felipe Fegoma(94028)26 de septiembre de 2025 - 10:48 p. m.
    La torpeza del gobierno del cambio consiste en la amenaza. Cuando un tipo esgrime una espada como un enajenado, aunque sea la de Bolívar, realiza un acto de violencia y más si lo hace invocando a la muerte. Si ese tipo convoca marchas revolucionarias, asambleas permanentes, cabildos eternos y mingas constituyentes, se está pasando por la galleta las leyes y la constitución. Por fortuna, la gente no le para bolas, pero ese loco no es confiable.
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.