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El humo digital

Arturo Guerrero
14 de octubre de 2022 - 05:30 a. m.

¿Quiere usted fracasar en la creación de un equipo para una causa benéfica? Fácil: convoque amigos a una reunión virtual por Zoom o cualquier plataforma semejante. ¿Pretende comprometer gente hacia un propósito que puede interesar a sus invitados? Cítelos a una conferencia no presencial y verá cómo la iniciativa se hace humo.

A la hora convenida, lo peor es conectarse cumplidamente. Asistirá usted al embrollo de los sucesivos asistentes que no logran configurar el micrófono ni la cámara. O que intentan aconsejar a los despistados sobre los secretos de esta tecnología. Entre media y una hora se perderá entre titubeos y esperas a los que van manejando carro y no logran buena señal.

Cuando más o menos hay un quorum, comienzan las paradojas. Que todos apaguen sus micrófonos para que no se escuchen los ladridos, el llanto de los niños ni las voces de despiste de los abuelos que preguntan de qué se trata el asunto. Al terminar los saludos protocolarios, todos sacan del aire sus cámaras y solo aparece en el cuadrado correspondiente la letra inicial del nombre de cada uno.

De esta manera, tan pronto se comprueba la eficiencia técnica, los usuarios se evaporan y nadie sabe con quién está intercambiando ni cuántos participantes perseveran en la conferencia múltiple. Quedan dos recursos: el chat lateral o la manita para pedir la palabra. Débiles subterfugios del anonimato.

La conversación carece de orden. El coordinador, que casi siempre es quien convocó el evento, trata de darle cauce a un flujo anónimo de intervenciones sin rostro. Poco a poco se deshace la asistencia. Algunos explican en el chat la urgencia que los obliga a desertar. Otros simplemente hacen mutis por el foro.

Al cabo del tiempo asignado, alguien intenta llegar a conclusiones, establecer compromisos. Dos o tres asistentes perseveran en los días siguientes, enviando un acta de lo tratado y procurando dar carácter a lo amorfo. El tiempo, como en literatura, siempre escribe el mejor final: pura niebla, burbujas de jabón.

Se ha protagonizado el fracaso de la comunicación humana y del vínculo que de ella brota. La pantalla fue engañosa. En vez de acercar a las personas y de ahorrarles tiempo y distancia, las aniquila. De ahí que el resultado de estas conferencias grupales sea la pérdida de tiempo y la evasión de cualquier vínculo que se anhele obtener.

El libro En el enjambre, del sonado filósofo coreano Byung-Chul Han, ilumina la complejidad de la comunicación humana: “La parte verbal de la comunicación es muy escasa. El núcleo está constituido por los gestos, la expresión de la cara, el lenguaje corporal. Estas formas confieren a la comunicación su carácter táctil… la participación de otros sentidos”.

Y concluye: “El medio digital despoja la comunicación de su carácter táctil y corporal. Por la eficiencia y comodidad de la comunicación digital evitamos cada vez más el contacto directo con las personas reales… la comunicación digital carece de cuerpo y de rostro”. El resultado: puro humo.

arturoguerreror@gmail.com

 

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