Publicidad

“El pelo crespo es mi corona”

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Arturo Guerrero
28 de abril de 2023 - 02:00 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Entrar a los espacios pidiendo perdón, soportar críticas por tener el pelo sucio, rebelde, desordenado, áspero, seco, en síntesis, salvaje. Prepararse con detalle para encajar en una sociedad que les exige comportarse de cierta manera. “Cómo me verán”, esta es la preocupación que hace perder tiempo y energía.

Vivir en perpetua zozobra, solamente por ser mujer negra y tener el pelo crespo. Forzarse a abolir los rasgos milenarios del África originaria, donde nadie se fijaba en el color de la piel y todas llevaban el cabello como una corona.

En aquellas sociedades subsaharianas el tiempo no era un bien de consumo rápido. El momento de peinarse entre mujeres era sagrado, una ceremonia. Era un aprendizaje, un intercambio entre generaciones. En aquellos trances lentos se revivían estilos de peinado antiquísimos, de siglos. Se conectaba con el cosmos, las familias, los pueblos vecinos.

Las más expertas dibujaban con el pelo múltiples significados. Según el trenzado se sabía si la mujer era soltera o casada, se trazaban rutas de caminos necesarios, se hacía arte efímero, se ponían en acción matemáticas desconocidas para Occidente, se avizoraba el futuro.

Cuando los europeos impusieron la esclavitud, estos significados se tiñeron de dolor. El peinado “de totuma” pasó a simbolizar las lágrimas de los embarcados hacia América. Los mapas de trenzas fueron señales de por dónde escaparse. El gran afro suelto se llenó de orificios donde esconder semillas para obtener alimentos en los palenques de llegada.

“Hemos asociado nuestras raíces con el dolor. Por eso no queremos ser afros”, lamenta la modelo y actriz barranquillera Indhira Serrano, autora del libro para niños “Rosa la Crespa” (Penguin Beascoa, 2022). Con este tomo ilustrado dicta talleres, en una campaña que llama “Reconstruyendo imaginarios”. “Mi pelo es parte de mi identidad más evidente, la que me corona”, explica. Y califica su trabajo como “viaje de descubrimiento a través del cabello”.

“También los hombres afro tienen que ver”, anotó la médica oftalmóloga Lucía Moncada en la Filbo23 donde compartió con Indhira la presentación del libro “No me toques el pelo. Origen e historia del cabello afro” (Ícono, 2023), de la socióloga dublinesa Emma Dabiri, de madre irlandesa y padre nigeriano yoruba. Los hombres masái pasaban horas trenzándose para las ceremonias, mientras las mujeres se afeitaban. No obstante, ahora muchos deciden raparse para hacerse pasar por blancos.

Extrayendo ideas de Emma Dabiri, quien no estaba presente, Indhira expuso su deseo: “encontrar un espacio donde no tengamos que justificarnos a cada instante. Habitar y transitar sin aclarar que nuestro pelo no es negro como la lana. Demostrar que los negros no somos buenos solo en baile, canto, deportes y cocina. Que somos buenos en todos los espacios en que nos permitan entrar”.

El pelo es algo político, concluyeron el domingo pasado las presentadoras del libro cuyo título es una orden: ¡No me toques el pelo!

arturoguerreror@gmail.com

Conoce más

Temas recomendados:

 

María(11708)28 de abril de 2023 - 05:56 p. m.
Gran columna y además sobre ese tema habló la escritora Nigeriana Chimamanda Ngozi haciendo alusion al hermoso peinado de nuestra vicepresidenta
Atenas(06773)28 de abril de 2023 - 03:40 p. m.
No asimilo q’ se quiera vender la idea q’, x ser de raza negra, eso comporta una tragedia, lo lamentable es q’ esta presunción hace carrera cual si fuera verdad absoluta y más en Latinoamérica, o en ciertos escritorzuelos q’ así buscan ser bets seller. En USA se le asume con mayor dignidad y sin pálpitos de dolor, y x ello ya hay otro precandidato negro a la presidencia, hasta un movimiento hay: Stop racism, I’m not a oppressed, I’m not a victim; fuera la Teoría Crítica de la Raza de las aulas.
Jorge(18765)28 de abril de 2023 - 01:53 p. m.
Gracias Maestro.
Daniel(rvd59)28 de abril de 2023 - 12:52 p. m.
A la belleza del cabello crespo no lo supera las cabezas rapadas ni las lacias a la fuerza. No hay nadie más hermoso que quien siente orgullo de lo que natura concede. Gracias por tan bella ilustración.
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.