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Un recorrido por la lacra nacional

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Arturo Guerrero
14 de abril de 2023 - 02:05 a. m.
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Una cosa es la libertad de expresión. Otra, muy distinta, es la explosión de campañas sistemáticas para desacreditar al oponente buscándole el lado flaco a cada tuit, a cada video, a cada declaración, a toda postura pública del pasado. En este complot vienen cayendo los usuarios de redes sociales y los periódicos, revistas y noticieros de radio y televisión.

Abre usted el ojo cada día, sintoniza las noticias para que no lo cojan en ayunas las novedades y ¡zas! Resulta atrapado por una sarta de aparentes informaciones que son opiniones, fragmentos de discursos escogidos para sacar de contexto los planteamientos, entrevistas recortadas en el momento apto para clavarle banderillas al personaje.

Su anticipo de desayuno viene con un condimento. Es el recorrido por la lacra nacional. Las regiones salen a la luz en boca de comandantes militares que registran la lista de abatidos, heridos y apresados por los mil y un delitos imaginables. Las oficinas policiales son fuente predilecta de los infaltables sucesos urbanos de atracos, feminicidios y homicidios.

Los periodistas van a la fija a escarbar entre los uniformados, porque saben que allí abunda la dosis de sangre y de alarma. Así se ganan el sueldo, así aturden y atemorizan a la población indefensa que los oye. El país se alimenta desde la madrugada con esta ración de miseria y bala, presentadas como la normalidad cotidiana.

Los expertos entrevistados para cada ángulo de la desventura se seleccionan igualmente con pinzas. Ayudan a encender la pradera, proporcionan razones para el desprecio de ser colombianos. A lo mismo contribuyen políticos en trance de reencauche, abogados en trance de hacerles publicidad a sus corporaciones profesionales, exministros en trance de dar lustre a sus viejas ejecutorias.

Los promueven al rango de periodistas para que entreguen sus análisis con apariencia de imparcialidad y realidad de embuchados personales y políticos. De esta forma se construye un conglomerado sesgado que vicia la profesión informativa y envilece el oficio de la opinión.

El resultado de esta contaminación antiperiodística es la enfermedad mental colectiva. Cada colombiano termina odiando a cada colombiano. Cada colombiano reafirma su convicción de vivir en el peor de los mundos posibles. Cada colombiano siente temor de ser colombiano.

Ni hablar del tiroteo mediático que se forma contra el mínimo intento de cambiar cualquier llaga del país. Es como si, desde las altas oficinas donde se han cocinado los destinos colectivos, se dieran órdenes a los manejadores de opinión para que pinchen a diestra y siniestra las carnes de los ciudadanos, de modo que todos se contagien del cólera, de la lepra, del virus de “esto se lo llevó el diablo”.

Así se destruye la fe en las instituciones, así se lanza a la ciudadanía a la ley del sálvese quien pueda, así se marchita de raíz la confianza en que alguna mañana amanezcamos en una vida que merezca vivirse.

arturoguerreror@gmail.com

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argemiro(9057)15 de abril de 2023 - 08:02 a. m.
Mm. Muy buena columna. Esa es la radio- fotografia. Eso es lo que ve cada espectador en toda la semana que quieren evitar el cambio y que nos quede la radio-tele. Gracias Señor Arturo Guerrero
Fernando(70558)15 de abril de 2023 - 12:32 a. m.
El cuadro está bien descrito. La faltan dos cosas: LA FIRMA del artista: una clase económicamente poderosa que manipula la política a su antojo; es la Oligarquía. Y EL TITULO de la obra: "LUCHA DE CLASES". El desequilibrio salta a la vista cuando sus autores son todopoderosos, mientras los afectados carecemos hasta de la posibilidad de tiempo para la comunicación. Esto conduce indefectiblemente a saltos cualitativos violentos. La riqueza hace perder la razón.
felix(9165)14 de abril de 2023 - 11:45 p. m.
Arturo Guerrero: muy bien. La dirigencia nacional tradicional es una LACRA con visos de vaca sagrada. Lacra sagrada intocable como otrora fueron las vacas en la India. Destino manifiesto colocado desde hace 200 años en mentes irresponsables y corrompidas. Hoy lo que farfulla la lacra sagrada es ley y norma que viene de la mano de dios, según escribas y fariseos profesionales. Saludos desde el Sur-sur...
Hernán(ipx6k)14 de abril de 2023 - 11:37 p. m.
La decisión de dejarse llenar de esa basura que usted llama lacra es personal. Desde hace cinco años no veo noticieros ni escucho esas emisoras ‘periodísticas’ y vivo más tranquilo y con la mente en paz. Y no es que esté desinformado, me basta con leer los la versión digital de este diario (no de ese pasquín en que se convirtió El Tiempo!) y con eso, más mi suscripción a la excelente @estoescambio, tengo la información que necesito.
hernando(26249)14 de abril de 2023 - 07:14 p. m.
Bien apoyar búsqueda d soluciones. Pero no puede ocultarse la gravedad d la violencia en el país: la comparación d cifras internacionales confirma q somos uno d los peores casos, con Mexico y el triangulo norte d Centroamérica
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