Publicidad

Adiós, Petro

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Aura Lucía Mera
27 de octubre de 2015 - 02:00 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Como dice el refrán: "Con tal de que se vaya... aunque le vaya bien”.

Creo que Bogotá aplaude la derrota del Polo, que perdió hace rato la brújula, y del Progresismo de Petro, que logró convertir la capital en un caos. Lo siento por Clara López, una mujer inteligente, bien preparada y audaz, que se “tiró” su futuro político por dejar pasar en sus narices un elefante más grande que el que se le metió a Samper cuando, siendo secretaria de Gobierno de Samuel Moreno, jamás se dio cuenta del carrusel de la contratación. Cuento chimbo que nadie se tragó.

Petro es otra cosa. Así como le reconozco que fue un excelente senador y tuvo las agallas de destapar ollas podridas y desenmascarar entuertos de marca mayor, como alcalde de la capital de la República ha sido un verdadero desastre. La mayor parte de su gobierno la dedicó a pelear y a defenderse, a cambiar constantemente su gabinete, al populismo barato, mientras los problemas de la ciudad, como movilidad, el POT, la salud y el medio ambiente se desbocaban y salían de madre.

Deja un mal sabor de boca. Su soberbia, su resentimiento social, su incapacidad patológica de autocrítica o introspección, su terquedad y su incapacidad de resolver situaciones de manera inteligente acabaron de desprestigiarlo. Podría decirse que, para Bogotá, Gustavo Petro es una persona non grata.

Estas elecciones le cobraron a la izquierda todo el despelote de sus gobiernos anteriores. Carlos Gaviria, ese gran pensador, desgraciadamente fue testigo del desmoronamiento de su programa. Entre mamertos acartonados e intransigentes, populistas, oportunistas y corruptos botaron a la basura esa gran oportunidad que tuvo de abrir un nuevo espacio ideológico en este país.

Felicito a Enrique Peñalosa. Bogotá al fin se dio cuenta de que lo necesitaba como timonel. Desgraciadamente, sólo abrieron los ojos sus habitantes cuando la nave estaba haciendo agua y naufragando. Desperdiciaron años dejándose llevar por cantos de sirena. Lo felicito, pero no lo envidio. Recibirá una ciudad carcomida por la desesperanza, el caos vehicular, la rabia y la impotencia. Si Peñalosa hubiera sido el alcalde hace cuatro u ocho años sería muy diferente el cantar. Dejó una ciudad llena de progreso e innovaciones y ahora encuentra su misma Ítaca con años de retroceso.

Rafael Pardo también habría sido un excelente gobernante. Serio, honesto y sensato. Si hubiera formado un mismo frente con Peñalosa, la derrota del populismo que se dice de “izquierda” hubiera sido aún más notoria.

Buen viento y buena mar. Recibe un océano embravecido y repleto de nubes tormentosas. Ojalá la izquierda que hace falta logre algún día poner en orden sus metas. Hasta ahora no lo ha logrado. Los egos han sido más poderosos que las ideas. ¡Lástima!

¡“Hasta luego, cocodrilo, no pasaste de caimán...”!

Conoce más

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.