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YA LOS PRÍNCIPES DE ASTURIAS VInieron. Les interesa preparar el ambiente de un Bicentenario de la Independencia.
A lo mejor dentro de un año reconocerán varios errores, a lo mejor nos quieren volver a conquistar, a lo mejor jamás nos hemos emancipado de nada. Es curioso cómo gracias al presidente Hugo Chávez volvió a cobrar importancia el libro de Galeano, Las venas abiertas de América Latina, ya hacía años archivado como panfleto mamerto e insurrecto y actualmente agitado en todas las ediciones que sacan. Libro que provocó ampollas y produjo rasgamiento de vestiduras cuando se editó por primera vez a finales de los sesenta, comienzo de los setenta. Libro que describe sin florituras lo que pasó en este continente y, lo que es peor, lo que nos sigue pasando… y todos tan campantes.
Curioso constatar que de todos nuestro próceres, solamente uno era colombiano, el general Santander. Porque, querámoslo reconocer o no, todos los demás, a saber Bolívar, Sucre, Páez, Flores, Anzoátegui, Soublette, Briceño, Rivas, nacieron en Venezuela. Y curioso también que Santander sea el más olvidado o pordebajeado de todos. Gracias a él se creó la República. Y se perdió. Bolívar mismo admitió antes de morir en una de sus más sinceras declaraciones: “El no haberme entendido con el general Santander perdió la República”.
Se mitifica la estampa de Bolívar. Se pone de segundona a Santander, el de pensamiento más liberal y objetivo. A lo mejor me excomulgan del todo los bolivarianos. No importa. Una excomunión más en el inventario vital. Ojalá este Bicentenario sirva para equilibrar balanzas y dar al traste con las viejas versiones patrias que tanto daño nos han hecho en todos estos años, que pensándolo bien no son muchos. Ya Europa tenía miles de miles, lo mismo Asia y África, de donde salimos todos los humanos.
Espero que el Bicentenario le rinda el justo homenaje a la civilización árabe que durante ochocientos años imperó en España y a la cual debemos todos la civilización que ostentamos. Si no hubiera sido porque Isabel y Fernando a genocidio limpio hubieran sacado a los árabes y judíos de la península y nos hubieran conquistado a garrote limpio, tendríamos más respeto por la cultura que fue el origen de nuestro entorno. No sólo les debemos a ellos la arquitectura, el amor por los jardines, las fuentes, el agua, sino casi todas nuestras costumbres. Nunca he comprendido muy bien ese afán nuestro de ser sajones y latinos puros. Si somos más moros que nada, en el fenotipo, en las burkas de las monjas, en la poligamia masculina, en la sumisión de la mujer, en el amor a los placeres terrenales. El Corán y la Biblia dicen prácticamente lo mismo. No sé de dónde viene la idea de que somos tan diferentes de los musulmanes. Nos hemos tragado una cantidad de mentiras a lo largo de estos docientos años que ya no sabremos jamás ni de dónde venimos ni mucho menos para dónde vamos.
Me gustaría saber, por último, ¿cuál “Independencia” es la que celebraremos? Pido de rodillas esta información.
