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A un mes y medio de la cumbre de las Américas, el "trío calavera" decidió montar el show.
Digo el trío, porque Hevo, ahora lo escribo con hache, ya no pinta nada. Hasta sus propios hermanos de etnia lo niegan. El trío: Chávez, Correa y Fidel, quienes revuelven la olla para levantar espuma y hacerse notar. Que si a Cuba no la invitan, que entonces los otros no asisten. Que si Cuba asiste, Obama no aterriza. Que si Cuba no tiene democracia y EE.UU. sí tiene (¿?). Que si Guantánamo no importa y los presos cubanos sí. Mientras tanto, Colombia, país anfitrión, salta matojos y camina sobre brasas hirviendo, tratando de no perder los nuevos mejores amigos y, por otro lado, rogándole a diosito lindo que Obama sí asista. Pero Obama, el bueno, el premio Nobel de Paz (¿?), está en plena carrera reeleccionista y no puede darle semejante papayazo a los republicanos y a los miles de cubanos gusanos que siguen hirviendo de la ira porque les quitaron el son.
Cuba sabe muy bien que ya puede pertenecer a la OEA, y por lo tanto puede asistir a cuanta reunión le dé la gana. Sabe de antemano que no asistirá porque no se quiere exponer a que le canten cuatro verdades. Y la verdad es que ni Fidel ni Raúl están para que los pongan contra la pared y los empujen. Bastante trabajo ya les cuesta levantarse de la cama sin caerse de bruces.
Ciertos países afirman que Cuba no respeta la democracia, que tiene presos, que hace lo que le da la gana, y que prohíbe ver Fox News. EE.UU., por otro lado, vuela olímpicamente sobre Irak, Guantánamo, Afganistán, y todas las podredumbres y las bombas que ha lanzado, y sostiene sonriente que es “el modelo” de la democracia. El american dream. Que se está convirtiendo en una verdadera nightmare (léase pesadilla).
Mientras tanto Correa, ese monstruo de mil cabezas que le cayó al Ecuador, amordaza la libertad de expresión, pone multas millonarias (en dólares) para comprar apartamentos en Bélgica y otros lugares, insulta al mejor estilo uribista a los que lo contradicen, y se desgañita gritando a diestra y siniestra. Y con Chávez, quien está en peligro de perder su poder, y no lo digo por la enfermedad, sino porque la oposición unida lo puede mandar a la lona, montan este espectáculo circense, al que ningún otro país serio le ha puesto mucha atención.
Que asista Cuba. Que lleve el son a su otra hermana amurallada y caribeña. Que los hermanitos Castro salgan al fin en Jet Set, que Chávez pose con Mattos, y Correa pasee en coche, no de la mano de su mujer que no se presta para esos osos, pero sí agarradito de algún lagarto nacional que esté interesado también en cerrar la prensa.
Buena labor de filigrana de nuestra canciller. No se deja inmutar por nada ni pierde la sonrisa prudente y dulce. Así es. Mientras tanto, vayan alistando los de protocolo habanos, ron, llapingachos quiteños y arepas venezolanas. Sin olvidar hamburguesas y hot dogs. Nunca se sabe si todos se sentarán a manteles o se agarran de las mechas, de las barbas o de algún salvavidas. Porque de asistir todos, alguno quedará chamuscado. Puede que se trate de una última cena. O que sea el comienzo de muchas, nunca se sabe.
