No sé qué oscuro interés se esconde detrás de las insinuaciones sinuosas y sin ninguna base científica sobre el asunto de que comer carne de cerdo, de vaca, de ternera, etc. produce cáncer.
Me imagino que los intereses son económicos: los gringos son expertos en vender terror, camuflar y disfrazar sus verdaderas intenciones. También sospecho que, debido a que el ganado vacuno es el peor depredador del planeta, no sólo porque arrasa con la tierra que pisa y escarba, sino que sus “heces” son uno de los factores del calentamiento global por el gas metano que producen, y en vista de que les da vergüenza reconocerlo, para justificar la reducción de millares de reses que habitan gran parte de su territorio, han decidido poner el mundo a temblar sugiriendo que el consumo de carne produce cáncer.
Si los lectores de periódicos y revistas leyeran con atención y hasta el final los artículos y no se quedaran en los titulares escandalosos, que son los que venden, caerían en cuenta de que la mayoría de las veces el artículo no tiene nada que ver con el titular. Sobre todo aquellos que se relacionan con la salud, las dietas, los ejercicios y las pócimas de la eterna juventud.
La raza humana no existiría en este planeta si no fuera porque nuestros antepasados, primates y cavernícolas peludos con un mazo en la mano no hubieran salido a cazar y a comerse la carne de sus presas o de su prójimo inmediatamente, o conservada, secada al sol, salada o como fuera.
América jamás habría sido descubierta porque no existirían españoles aventureros: todos se habrían muerto de cáncer hace miles de años. Por si acaso olvidamos que nuestra madre patria es adicta al chorizo, al embutido, al jamón y al cordero desde épocas inmemoriales. Seguiríamos de taparrabo y pluma, felices, construyendo pirámides sólidas y durmiendo en malocas, bebiendo chicha sin colonialismos ni guerrillas ni edificios ni nada.
¿Imaginamos a Francia sin sus turnedós? ¿A Italia sin sus escalopinas? ¿A Inglaterra sin su roast beef? ¿A Holanda sin sus bandejas gigantes de carnes frías y embutidos?
Así como EE. UU. puso de moda los gimnasios, los suplementos vitamínicos, igual que dejaron morir cientos de jóvenes cuando en los 80 apareció el sida, mientras se peleaban con Francia para patentar primero los fármacos, el famoso AZT. También prohibieron el alcohol cuando les convino y decidieron declararles la guerra a las drogas porque no manejaban el negocio. Ahora se inventan lo de la carne, igual que se inventaron Vietnam y la guerra de Irak y todas las que conocemos. “It’s the economy, stupid”, como dijo un candidato a su rival en un debate por la presidencia hace ya varios años.
Ya nos enteraremos cuál es el verdadero negocio carnívoro que tiene a la humanidad temblando. ¿Argentina sin sus parrilladas? ¿Uruguay sin sus asados? ¿McDonald’s desaparecerá?
Cada persona debe vivir y comer y beber lo que quiera; no lo que decida EE. UU. a través del terror. Como dice el refrán español: “Come bien y depón fuerte y no temas a la muerte”.
No sé por qué me acabo de antojar de un buen bisté (beef steak para los más eruditos). Y hablando de la marihuana, ¿por qué se sigue persiguiendo en Colombia si en EE. UU. ya es legal?