PIENSO EN LAS SONRISAS DE TRI- unfo de Uribito y MinAgro-Ingreso a la salida de el Senado tras haber impedido la moción de censura. Pienso en las sonrisas de los lagartos que les siguen detrás en la fotografía.
Pienso en el Gobernador del Valle y en su arrogante figura fotografiada en las vallas, noticieros, revistas, justas deportivas y revistas. Pienso en Mintransporte y su lavada de manos con el Runt que es un esperpento de mala planificación y oscuras movidas. Pienso en Minproteccion Social y en las entidades Promotoras de Salud al borde del colapso total. Pienso en Mininterior y sus manipulaciones a todos los niveles. Pienso en senadores y representantes ausentándose en momentos claves de sus respectivas curules para pasar de agache todos los escándalos con tal de defender las honorables posaderas en el sagrado recinto “forever” y no perder los voticos que los mantienen con el dinero de todos nosotros. Pienso en los concejales de Cali y todas las maturrangas que se cuecen en el recinto oval. Pienso en la candidata-caderona que le pagó a un abogado una astronómica suma de dinero para poder reinsertarse en un concurso donde no la quería ver nadie. Pienso en los promotores del referendo que se saltaron todas normas éticas y constitucionales. Pienso en los directores de noticieros radiales y televisivos que jamás permiten a sus empleados salirse de los libretos preestablecidos. Pienso en los parapolíticos urdiendo nuevas alianzas para no perder el poder. Pienso en los terratenientes multimillonarios y sus drenajes de oro en polvo. Pienso en el Gran Capitán de este país, autoproclamado Mesías, quien hace y deshace, manipula, ofrece, quita, pone, insulta, señala, atemoriza, disfraza realidades, agita cortinas de humo, amaña datos, absuelve, condena, sataniza, bendice, ordena y cree cada vez más que fuera de él no hay salvación.
Las imágenes me siguen atropellando como caballos desbocados: directores de hospitales y sus nóminas paralelas. Secretarios de Salud y sus entuertos. Funcionarios pagados para “chuzar sin compasión al enemigo”. Mandos militares y policivos recompensados por presentar “falsos positivos”. Fleteros. Traquetos. Abusadores de menores. Pandilleros asesinos. Expendedores de drogas. Tramitadores falsos. Violadores. Falsos mendigos … Podría seguir al infinito.
Todos, absolutamente todos son cucarachas de mismo telembuco. A los lectores que no conocen este refrán, favor acercarse a cualquier costeño del litoral Atlántico y ellos les explicarán muy bien su exacto significado. Personalmente siento un tufillo repugnante que contamina cada día más el aire de nuestra patria. Ojalá surgiera algún líder con los suficientes pantalones (se admiten las faldas-pantalón) que armado(a) hasta los dientes con alguna sustancia ideológica nueva pudiera fumigar esta plaga que nos está carcomiendo el tuétano de la dignidad nacional.
Por lo pronto, agarro un avión y me voy a buscar nuevos aires. Las próximas tendrán vientos de páramos o ritmo de cuecas y zamba. Necesito respirar.
