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UN COSQUILLEO DE MARIPOSAS alegres revolotea en mi estómago y trata de
salirse por los poros. Tengo el privilegio de pertenecer a las filas
del nuevo equipo de columnistas de este periódico, que desde el domingo
arrancó con todos los fierros, la tecnología, el equipo humano y el
criterio independiente que siempre lo ha caracterizado, para remontarse
por las tres cordilleras, planear por las inmensas llanuras de nuestra
geografía y llegar a diario a todos los hogares colombianos,
devolviéndonos la identidad del periodismo nacional.
De El Espectador no se puede decir que renació como el Ave Fénix, simplemente porque jamás permitió que los golpes matreros en su contra lo redujeran a cenizas. Jamás dejó extinguir la llama que lo alimentó siempre, que le permitió vivir y vibrar aun en las circunstancias mas adversas.
Convertido en su última época en Semanario, nos permitió seguir el discurrir del país y del mundo a través de sus investigaciones, crónicas, reportajes y columnas de opinión independientes que nos llevaron a sentarnos los fines de semana, con calma a disfrutar su lectura. Ahora alza el vuelo diario. Desea llegar a todos los rincones. La meta es ambiciosa, pero el desafio vale la pena. Es necesario. Desde que El Tiempo, afortunada o desafortunadamente pasó a ser una empresa dirigida por una multinacional española, se perdió lo que se podría llamar la identidad impresa a nivel nacional. Periódicos como El País, El Colombiano, Vanguardia, El Universal, El Heraldo, cada vez con mejores equipos, diagramaciones , artículos de opinión y editoriales se afianzaron a nivel regional, pero básicamente se concentraron, y con razón, en sus radios de acción geográficos y económicos, con someros recuentos del acontecer político nacional e internacional hasta convertirnos en estados federales periodísticos.
Desde el domingo ya tenemos, lectores, ciudadanos, políticos, apolíticos, gobiernistas, antigobiernistas, amas de casa, ejecutivos, universitarios, obreros, empresarios de todos los sectores económicos, sociales o ideológicos, una nueva columna vertebral noticiosa que nos volverá a contactar con todas las regiones y sus aconteceres . Existe la ilusión. Crece la expectativa. El equipo se conforma de cientos de personas quienes, como las termitas en la sabana africana, hace cada una su labor, para unir el sutil y complejo rompecabezas de la información, la noticia, la investigación y la opinión.
Muchos de los nuevos periodistas de opinión, venimos de diversas regiones del país. Esto garantiza que las regiones volvamos a existir de nuevo a nivel capital y nacional. Llevamos años en que los temas regionales no son importantes si no circulan en algún medio de comunicación de la capital. No existimos si no somos registrados. Y no somos registrados porque falta el eje conductor. Gracias a este esfuerzo visionario, monumental, atrevido y valiente, los colombianos volveremos a estar interconectados. Buen viento, buena mar, a su director Fidel Cano, a su Consejo Editorial, al equipo periodístico, a todos los que han tenido fe, esperanza y tezón. Gracias también por la confianza depositada en esta columnista de opinión.
