¡Deshojando la margarita!

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Aura Lucía Mera
06 de marzo de 2018 - 04:15 a. m.
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Recuerdo la época de los primeros amores, cuando llegaban mensajes de “tú le gustas”, “creo que se te va a declarar”, “te sacó a bailar muchas veces”, y me formaba tal lío en la cabeza que no sabía si era verdad lo que me decían.

Me sentaba en el potrero. Generalmente, estas cavilaciones se daban en las épocas del veraneo en las montañas, cuando la adolescencia nos impulsaba a dejar de treparnos a los árboles o a jugar ladrones y policías e iniciábamos el placer infinito por escuchar los boleros de Los Panchos y mirábamos a los muchachos, ya no como contendores, sino como posibles enamorados. Me sentaba, agarraba una flor con pétalos y arrancándolos uno a uno repetía: “Lo quiero mucho, poquito, nada. Lo quiero mucho, poquito, nada”, hasta llegar al último.

Esto me está pasando. Ya no son los amores incipientes ni las posibilidades de un romance. Ahora son estas elecciones que me atropellan. Tengo que votar a conciencia, pensando en Colombia. Sé que mi voto cuenta, como el de cada uno de nosotros, y que es de uno a uno. Así de simple; así de complejo.

Deshojo la flor imaginaria. Pienso en Petro y un frío irracional me recorre la espina dorsal. Así como lo admiré en el Senado, lo descalifiqué por su actuación en la Alcaldía. Populista. Soberbio. Arrogante y mentiroso.

Marta Lucía Ramírez me gusta dentro de ese partido que también me aterroriza por fundamentalista, mentiroso y peligroso. Para la consulta, aunque no pertenezco afortunadamente a esa secta, le daría mi apoyo. Duque me parece aguacate madurado con periódicos y títere del Innombrable. Ordóñez me da asco. Así de simple.

Para Senado, a ciegas: me voy con Mockus. Garantía de honestidad. No lo dudo un minuto. Meto mi dedo en la urna y en la candela por él.

Cámara. Mi región. No pertenezco al liberalismo ni a ningún ismo. Me rijo por mi propia y rigurosa anarquía. Voy con Reyes Kuri. Confío en él.

Reflexiono y me sorprendo de mi propio salpicón. Pero voy a ser consecuente. Elijo al ser humano y no a ningún partido. Y así termino de arrancar los pétalos. Marta Lucía, Antanas Mockus y Reyes Kuri pasaron la prueba. Los demás, al tarro de mi basura mental, donde boto lo que me hace daño para mi sanidad mental.

En cinco días tendremos otro panorama legislativo y se perfilan las candidaturas presidenciales. Colombia podrá mostrar una cara más limpia, seguir con el disfraz, maquillar a los corruptos con crema Nivea, mandarnos al populismo resentido o a la caverna oscura.

Cinco días y se descorrerá el telón para mostrarnos los resultados de la campaña más sucia, más falaz, más desorganizada y tramposa de las que han existido, por lo menos desde que yo tengo el derecho al sufragio.

Les deseo de corazón que voten a conciencia. Nos estamos jugando el futuro, no sólo nuestro, sino de todas las próximas generaciones. El domingo 11 Colombia tendrá su turning point.

Posdata: vergonzosos los asesinatos selectivos de líderes sociales. Son la muestra más palpable de que seguimos sedientos de sangre y de que la justicia no da la talla. Si los muertos fueran líderes empresariales, aquí se hubiera armado la de San Quintín, pero como son líderes de regiones olvidadas y no aplican para jet set, pasan a segundo plano.

¡Qué espanto!

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