Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

Día de campo

Aura Lucía Mera

01 de septiembre de 2014 - 06:37 p. m.

“Niña de 9 años mata a su instructor con una ametralladora...”.

PUBLICIDAD

Como dice el psiquiatra Dr. Carlos Climent en su estupendo artículo en El País del domingo pasado: “¿En qué momento me quedé dormido para despertarme en un planeta donde en países civilizados se les permite a niñas de nueve años usar ametralladoras?”.

“En una pequeña población de Arizona, EE.UU., donde no pasa gran cosa y donde funciona ‘Bullets and Burgers’, centro de diversión familiar al que acuden padres con sus hijos a pasar el día... utilizar armas de fuego y comer hamburguesas”... “Imagino que además del ‘alborozo’ experimentado en este centro, mucha gente lleva ya en su canasta familiar la leche, el pan, los huevos y su propia ametralladora...”.

Me impactó el artículo. Definitivamente estamos viviendo en un mundo completamente demencial. Y si trasladamos este caso a Colombia, pues acá nos hemos acostumbrado ya a que los niños sean reclutados por los guerrilleros, los menores de edad de los barrios marginales lleven cuchillos y navajas, que en los colegios se presenten peleas que terminan en heridas o muertes por armas blancas... O negras... Que en los centros de rehabilitación de menores pululen artefactos de esta naturaleza. Eso es el pan de cada día... ¡Si en el país existiera un censo diario de todos los menores que poseen y utilizan pistolas, revólveres, cuchillos, los periódicos engrosarían sus páginas y la lista sería infinita!

En EE.UU. cualquier ciudadano puede tener en su casa todas las armas que quiera... Me llamó la atención, en California, un pueblito lejano del lejano oeste llamado Mariposa, que en su calle mayor, igual que en las películas, hubiera varias tiendas exponiendo en sus vitrinas pistolas, rifles, escopetas de todos los modelos y calibres, de venta libre, mientras, eso sí, prohibían fumar a menos de cincuenta pies de sus fachadas...

Si allá en la canasta familiar ya pueden meter la metralleta, aquí la canasta lleva también toda suerte de armas: y a veces más cuchillos que pan y leche. Dudo que en los paseos de olla, o en días de campo, no vaya incluida un arma. Ya estalló en Cali el escándalo de “Kilómetro 18” que lleva a Buenaventura. Un sitio siempre nublado, lleno de rumbeaderos, que se ha convertido los fines de semana en un caótico encuentro de motociclistas (más de 200 a veces) con sus respectivas chicas parrilleras, reunidos, armados obviamente, para consumir alcohol, marihuana, cocaína, amenazar cualquier autoridad, y hacer lo que les da la gana. Salidos de madre. ¿Cuántos muertos y heridos cada fin de semana? ¿Y a quién le importa?

Read more!

¿Será que si estalla la paz, esta sangrienta y demencial realidad diaria disminuye? Ojalá, pero sólo si va acompañada de programas educativos, de salud, vivienda y empleo. Aquí ninguna niña mata a su “instructor”. Muere por bala perdida de otro compañero, acuchillada porque atravesó la línea invisible y sus instructores son la pobreza, el maltrato familiar, los abusos sexuales, la promiscuidad, etc. Aquí el instructor es la vida...

P.D. Recomiendo los dos libros escritos por el Dr. Carlos Climent, Los tiranos del alma y La locura lúcida, a ver si hacemos introspección y nos damos cuenta de muchas cosas. En nosotros mismos y en los que nos rodean...

Read more!
Conoce más

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.