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Un periódico. Dos fotos en la misma página. Dos mujeres. Una de ellas, sonriente, cálida, contagiando optimismo. Natural, espontánea... La otra, rígida, sobremaquillada, sonrisa forzada, rictus tenso, postiza, toda ella... rival de Barbie. Nos cuentan su historia... Sus rostros valen más que mil palabras. Las fotos hablan solas. Impactan. Sobran los discursos.
No se conocen, pero la actualidad política las confronta. Los titulares de los informativos también. Casi contemporáneas. Profesionales. Kamala Harris y Caryslia Rodríguez.
Si Biden no hubiera renunciado a sus aspiraciones presidenciales y Maduro hubiera reconocido su abismal derrota electoral y no se obstinara en defender su fraude, estas damas nunca se habrían encontrado. De California, EE. UU., a Aragua, Venezuela, hay mucha tierra por delante... Es como si hilos invisibles las hubieran subido de repente a un ring de boxeo en el que se juegan cosas importantes... en las que los colombianos somos los sándwiches del paseo.
Sus historias de vida son como las fotografías. No hay común denominador salvo el de “féminas”.
Kamala Harris, demócrata hasta los tuétanos. India y África son sus ancestros. Madre científica hindú y padre jamaiquino. Su mamá la bautizó Kamala y a su hermana Maya, nombres sánscritos en la mitología hindú. Nació en Oakland, California. Fue la primera senadora y vicepresidenta afrodescendiente en la historia norteamericana. Actualmente, es candidata oficial a la presidencia representando al Partido Demócrata.
Mujer carismática, Kerstin, primera esposa de su marido Douglas Emhoff, y sus dos hijos, la quieren y la aceptan. Siempre han formado una familia extendida que se apoya y se respeta. Kerstin fue decisiva en su campaña a la vicepresidencia. Jamás celos ni odios, ni esas cosas tan feas y ordinarias que son tan “usadas” por estos lares (“la puta, la otra...”). Sus hijastros le dicen Mamala... En fin, una mujer culta, profesional y arrolladora.
La otra foto corresponde a Caryslia Rodríguez. Abogada, política, chavista de tiempo completo y perro fiel de Maduro actualmente. Magistrada del Tribunal Supremo de Justicia y presidenta de la Sala Electoral. Del círculo íntimo de la esposa de Maduro, se graduaron en la misma universidad. Ha ido escalando peldaños de poder y privilegios, uno a uno, siempre y cuando profese lealtad profunda y a prueba de fraude con su jefe, el presidente. Comprometida con la Revolución Bolivariana.
Acaba de legitimar oficialmente el fraude. Y Kamala, a su turno, ha enviado una carta de apoyo y respaldo a María Corina Machado, defendiendo la democracia venezolana y la transparencia de las elecciones.
Sobra decir que Maduro y sus secuaces ya cargan en sus espaldas 27 muertos y más de dos mil detenidos, incluyendo menores de edad. Hay torturados y desaparecidos...
Dos fotos. Dos mujeres. Dos destinos. La historia continuará...
P. D. Mientras tanto, “El polvo de las estrellas” ni raja ni presta el hacha... y aquí continúa la sangre corriendo...
