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Escalofriante. Este episodio de la “derrota” oficial de Dunkerque, puerto al norte de Francia, en 1940, cuando Alemania acorraló a las fuerzas aliadas europeas (ingleses, franceses, belgas y holandeses) y lanzó volantes a los soldados exigiendo que se rindieran pues no tenían escapatoria posible, generalmente ha pasado desapercibido a través de los años, pues el Holocausto de millones de judíos, polacos, húngaros y gitanos opacó, con razón, algunos acontecimientos heroicos y memorables de comienzos de la Segunda Guerra Mundial.
La película, recién llegada a Colombia —ojalá dure en cartelera—, nos enfrenta de forma brutal, sin maquillajes ni paliativos, a la mayor gesta heroica que fue el turning point de esa guerra y el inicio de la derrota, años y millones de muertos después, de la Alemania nazi.
Una gesta que salvó la vida de más de 400.000 soldados. Una gesta que fue posible gracias a la solidaridad y el apoyo de cientos de pequeñas embarcaciones que atendieron el llamado de Churchill para que sus tripulantes, civiles, pescadores, hombres del común de pueblos costeros de Inglaterra, se atrevieran a desafiar las aguas tumultuosas del canal y llegar a Dunkerque para ayudar a rescatar a esos miles de soldados condenados a morir bajo las bombas y tanques alemanes. Esos héroes anónimos que hicieron posible el giro histórico de Europa.
La película no tiene compasión con el espectador. Así como la guerra no tiene compasión con los seres humanos. Y es un mensaje doloroso y sangriento para recordarnos que los que nos olvidamos del pasado estamos condenados a repetirlo. Oportuno y terrorífico en estos momentos en que la humanidad está en manos de dos dementes (Trump y el norcoreano) que se están mostrando los dientes y los misiles, amenazando acabar con la humanidad... o lo que queda de ella.
Recuerdo las palabras de la directora del internado en Londres a comienzos de los 60: “Cómo se nota que estas jovencitas suramericanas jamás han vivido una guerra”.
Las traigo a colación porque siguen vigentes. Eso me explica por qué todavía muchos colombianos no entienden o no quieren entender el verdadero significado de la paz. Más aún, que se opongan a ella. Y que no sean suficientes los millares de campesinos que han muerto o desaparecido. ¿Necesitamos una guerra de “verdad”? ¿La que hemos mantenido más de medio siglo no nos basta? Los invito a ver Dunkerque, aunque no sepan de historia. ¿Eso es lo que queremos? ¿Vamos a dejarnos manipular por unos cuantos fundamentalistas no cuerdos cuyos apetitos de poder son insaciables? ¿O las víctimas no cumplen el estrato económico necesario para ser tenidas en cuenta?
Posdata: Gran descubrimiento científico en Colombia. Los seres humanos son “sintientes”, los animales son “sintientes”. Se olvidaron de las plantas... ellas también son “sintientes” y talamos árboles a lo desgualetado.
